Rusia ha cambiado el enfoque de sus ataques con misiles contra Ucrania para tratar de interrumpir los preparativos de un contraataque ucraniano. Tras meses de ataques contra las infraestructuras energéticas de Kiev, el ejército ruso apunta ahora cada vez más a instalaciones y suministros militares, declaró Vadym Skibitskyi, jefe adjunto de la Dirección Principal de Inteligencia ucraniana.
«Antes no conseguían derribar nuestro sistema energético y ahora tienen prioridades completamente distintas: perturbar nuestros planes y preparativos para una acción (militar) activa durante la campaña de primavera-verano», declaró Skibitskyi.
El funcionario explicó que el ejército ruso está atacando centros de toma de decisiones, rutas de suministro y lugares donde se concentran grandes cantidades de municiones, equipos, combustible o soldados. «El enemigo empezó a prestar especial atención a las zonas donde se encuentran nuestros equipos de defensa antiaérea», añadió.
También dijo que la aviación rusa apunta ahora con más frecuencia que antes a zonas situadas en la línea del frente o cerca de ella. Rusia, cuyos ataques aéreos también han afectado a menudo a zonas residenciales de Ucrania, no comentó de inmediato las declaraciones de Skibitskyi, informó Reuters.
Aunque Ucrania ha dicho que está planeando una contraofensiva para intentar retomar su territorio ocupado por las fuerzas rusas, Kiev ha dicho que los recientes avances en torno a la ciudad oriental de Bajmut no significan que el asalto ya ha comenzado. El presidente Volodimir Zelenski afirmó que la península de Crimea, en manos rusas, «volverá al territorio ucraniano».
Ucrania dijo que había repelido los ataques de las fuerzas rusas que intentaban recuperar las tierras que habían perdido alrededor de la devastada ciudad oriental de Bakhmut, donde Kiev dice que ha infligido numerosas bajas rusas. Las tropas explicaron que estaban disparando alrededor de 100 proyectiles de mortero al día contra las posiciones rusas.