Un verdadero escándalo se desató en los últimos días en torno a Marcela Pagano, la reconocida periodista que asegura haber sido despedida del Grupo América, donde se desempeñó en los últimos meses. Sin embargo, las autoridades de A24 y América TV aseguraron que fue separada de su cargo por las denuncias de maltrato que había en su contra.
Ahora, al debutar con su nuevo programa en Radio del Plata, la presentadora dio su versión de los hechos. «Quiero comenzar agradeciendo a las autoridades de la radio por darme este espacio, por confiar en mi capacidad como periodista para construir un espacio plural, hace rato venimos trabajando en este programa, pero en el medio pasaron cosas. Acá estoy para hablar con ustedes de todo lo sucedido. Creo que decir la verdad nunca es un costo, es una virtud. Y no tengo miedo, soy una trabajadora honesta. Como ustedes saben, hace unos días fui injustamente despedida del Grupo América», apuntó.
«Lamentablemente en esa empresa utilizan métodos turbios para acallar voces que ponen en juego intereses políticos y económicos. Es una maniobra común en este canal de noticias. A lo largo de los últimos años, sobre la salida de cada uno de los periodistas que incomodaron a las más altas esferas del poder por su pensamiento político y su forma de informar, el canal ha montado un sinfín de versiones que no coinciden con la que luego dan los afectados. La intención es callar, amedrentar, desprestigiar, presionar y silenciar», lanzó.
Delante de cada uno de los oyentes, Marcela Pagano continuó con su descargo contra el Grupo América. «A mí me invitaron a una causa sin fundamento, me invocaron a una discusión privada y telefónica con un productor del canal con el que sólo trabajé cuatro días y que yo misma pedí a una coordinadora del canal, a Mercedes Stagni, que intervenga por su incumplimiento de los horarios laborales que el programa requería. Fue ella quien decidió que esa persona no trabaje más conmigo y lo colocó en un equipo de trabajo junto a Rolando Graña», afirmó.
«Inventaron testigos de los que nunca pudo existir testimonio alguno, ni siquiera sé a ciencia cierta si ese empleado denunció exactamente lo que le invocan. Porque lo seguí cruzando hasta el último día en el canal y jamás me explicitó algún problema conmigo. Ni él ni ningún otro compañero. La empresa me dejó un testimonio en mi contra, en manos del personal de seguridad en un sobre. Era un texto sin firma, sin DNI. Escrito a computadora, con términos legales. Usado llamativamente para emparentar una discusión periodística que ocurrió por teléfono a un episodio de maltrato», señaló.
Su explicación
«Mi respuesta a Recursos Humanos fue que yo no podía dar por válida esa denuncia. ¿Cómo podía saber yo si no estaban usando el nombre de un compañero o su firma si la misma no figuraba en ese papel? ¿Y si lo estaban usando a él o su nombre? Insisto, si no había firma, si no estaba escrito por su puño y letra, ¿por qué daría yo por sentado que esa nota había sido escrita por él? Pero la denuncia apareció cinco meses después y fue causal de despido sin previo aviso, sin sanción previa alguna, sin instancia de diálogo alguna con el involucrado y, casualmente, en plena corrida cambiaria y días antes de informar una estadística de inflación que, no hay dudas, será alta», arremetió.
«Los últimos siete meses trabajé bajo presiones que en mis 17 años de carrera en medios masivos jamás había vivido. Ni en gráfica, ni en radio ni en TV. Las maniobras comenzaron de manera sutil. Querían convertir mi programa en uno de policiales. Tapar la pantalla con noticias de crímenes pasionales o robos. Era una forma de eliminar de a poco el espacio de la política y la economía», cuestionó Marcela Pagano.
«Mi perfil periodístico siempre fue claro: soy especializada en política, economía y finanzas. Hasta el último día busqué honrar mi especialidad por la que me esforcé estudiando. Sólo a modo de ejemplo; lo que suceda con el dólar es noticia siempre en este país, suba o baje. Las autoridades presionaron a mis compañeros de trabajo para que eliminaran las placas que yo misma armaba, mientras hablaba. Es solo un ejemplo de la asfixia que pretendían hacerme. Existen las listas negras en ese canal. Yo no tengo un antecedente de censura, como quien hoy gerencia el canal», finalizó tajante.