En Jujuy atraviesan una situación muy grave a nivel social debido a la violencia con la que se maneja la policía de Gerardo Morales. La provincia del norte sufrió una reforma constitucional donde le recortaron derechos a los trabajadores y a los pueblos originarios. Los reclamos contra las medidas han tenido un grado de violencia institucional inusitada.
Piedrazos, balas de gomas y escudos en la cara fueron algunos de los violentos recursos que utilizó la policía jujeña, en especial contra los representantes de las comunidades originarias. Ante esto, comenzaron a circular por las redes sociales nuevos videos de lo que fueron los últimos ataques a manos de las fuerzas armadas provinciales.
En los últimos días se viralizaron imágenes donde la fuerza policial reprimió sin ningún tipo de control contra los manifestantes. Los hechos ocurrieron, principalmente, en la localidad de Pumamarca. Allí los efectivos utilizaron toda la fuerza para reducir a quienes llevaban a cabo el reclamo contra la reforma del gobernador jujeño.
Las últimas imágenes que llegaron desde el norte es la represión y detención de un turista de Buenos Aires. El joven apoyó el pedido por parte de los trabajadores y la policía decidió aprehenderlo sin ningún tipo de explicación. Lo maniataron y lo subieron al móvil policial. Al momento de expresarse, le taparon la boca y lo retuvieron al menos 24 horas.
«Desde el primer momento que me retuvieron dije que era turista, no estaba haciendo absolutamente nada y estaba en contra de las autoridades locales. Así y todo me violentaron, no me dejaron decir absolutamente nada. Una abogada filmó el video. Me taparon la boca para que no diga mi nombre y apellido«, declaró el turista ante medios locales.
«Mi experiencia fue solo un día, la gente de acá lo vive todo el tiempo y yo lo viví en primera persona. Por mí no me hago problema, pero yo no quiero que los jujeños sigan viviendo esto», señaló el turista detenido sin explicación. Al borde del llanto por la angustiante situación, el joven siguió relatando la tortuosa represión: «Me sentí un delincuente sin haber hecho nada. Estuve un día encerrado en el servicio penitenciario», concluyó.