Unos 40 jefes de Estado y de Gobierno participaban del último día de trabajo de la cumbre sobre el cambio climático de París, en la que se buscan establecer mecanismos financieros más modernos para afrontar los desastres ambientales. Entre ellos, participan Lula da Silva, Gustavo Petro, Miguel Díaz-Canel y representantes de la sociedad civil y dirigentes de bancos regionales de desarrollo.
El desafío pasa por modernizar el rol de instituciones multilaterales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que según el clamor de los países del sur deben orientarse de pleno a sus necesidades en cuanto a lucha contra el cambio climático, el combate contra la pobreza, el desarrollo humano y la protección de la biodiversidad, informó Télam.
Sin embargo, la confianza es escasa entre los países más vulnerables, agrupados en el llamado grupo V20, tras una serie de promesas incumplidas por parte de las naciones más desarrolladas. El presidente de Kenia, William Ruto, dijo que viajó a París «no para pedir ayuda» a los países ricos, sino para pedir una reforma de la arquitectura financiera mundial que permita a los países en desarrollo «participar en la solución».
Entre esos planes figuran el alivio de la deuda, la ampliación de la capacidad de préstamo de parte de los organismos financieros multilaterales, la movilización del sector privado y una nueva fiscalización de los movimientos financieros. Los países acreedores de Zambia aceptaron reestructurar 6.300 millones de dólares de deuda de este país africano.
El Banco Mundial dijo que adoptará nuevas «herramientas», como «ofrecer una pausa en el pago de la deuda» en caso de catástrofes. Y el FMI anunció asimismo haber alcanzado el objetivo de redistribuir 100.000 millones de dólares de derechos especiales de giro prometidos a los países pobres para el desarrollo y la transición climática.
Plan Marshall
«La crisis climática implica un gran plan Marshall global de inversiones», basado en gravar las transacciones financieras y en «cambiar deuda por acción climática», lanzó el colombiano, Gustavo Petro. La tasa sobre las transacciones financieras se anuncia muy difícil de acordar en esta cumbre, aunque la presidencia francesa sí ve margen de maniobra para promover una tasa a las emisiones de carbono del transporte marítimo.
Francia ha manifestado su esperanza de que este año se cumpla al fin la promesa de los países ricos de aportar 100.000 millones de dólares anuales a los países en desarrollo para ayudarlos en la lucha contra el cambio climático. Una cifra prometida en 2009, que llegaría con tres años de retraso respecto del plazo previsto de 2020 y que deberá ser certificada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).