La Argentina se encuentra enfrentando una situación preocupante en el mercado mundial de la soja, siendo hoy superada por Estados Unidos y Brasil, aunque los factores como la sequía han afectado la producción de soja en el país, también se observa un estancamiento en la producción del commodity, lo que ha llevado a la pérdida de competitividad frente a otros países.
Francisco Mansilla, gerente de Viterra, adviertió a la agencia NA, que los productores argentinos están quedando fuera del mercado internacional de la soja, ya que Brasil incrementa su producción anualmente en 10 millones de toneladas y la Argentina ha perdido alrededor de 20 puntos porcentuales de participación en el mercado de harina de soja en los últimos 15 años.
En el ámbito de la molienda, Brasil y Estados Unidos han alcanzado un volumen similar al de la Argentina. La capacidad de molienda y los márgenes de ganancia tienden a ser mejores en estos países, lo que los hace más competitivos en la producción de aceite y harina de soja. En cuanto al contenido de proteína, un elemento esencial para los compradores que buscan soja para la producción de carne, la Argentina se ha vuelto más costosa que Brasil y Estados Unidos.
La logística también representa un desafío para la Argentina. Existen atrasos en las rutas, los accesos ferroviarios y los puertos, lo que afecta la eficiencia de la exportación de soja, según Mansilla. Mientras que en los puertos brasileños se cargan entre 70.000 y 52.000 toneladas, en Rosario los buques parten con una carga de entre 45.000 y 52.000 toneladas. Asimismo, se suma el nuevo desafío ambiental que implica la decisión de la Unión Europea de adquirir soja libre de deforestación a partir de 2025.
A pesar de los desafíos, se considera que la Argentina tiene la oportunidad de posicionarse en términos de trazabilidad y sostenibilidad, ofreciendo un producto diferenciado. El sistema de siembra directa permite demostrar que la huella de carbono es más baja en comparación con otros países. Sin embargo, es necesario trabajar en conjunto en todos los eslabones del proceso productivo para lograr el reconocimiento en estos aspectos.
En el ámbito tributario, la soja ha sido afectada por derechos de exportación más altos que otros cultivos durante más de 20 años, lo que representa una desventaja competitiva. Además, la intervención del Gobierno en el mercado, como los programas recientes de dólar soja, ha generado distorsiones en los precios. De acuerdo a las palabras del especialista Mansilla, para lograr un cambio es necesario fomentar una mentalidad que permita la libre formación de precios, tanto en las commodities como en otros sectores de la economía.
