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Funcionarios rusos llaman a la unidad y respaldan a Vladimir Putin

Los amotinados habían exigido la destitución del ministro ruso de Defensa, Sergei Shoigu. Lo que llevó a especular con que su cese sea parte del acuerdo que puso fin a la revuelta.

Rusia

Funcionarios de alto rango de Rusia salieron este lunes a respaldar al presidente Vladimir Putin, cuando aún hay preguntas sin respuesta sobre un motín de mercenarios que pareció plantear la mayor amenaza a su poder en 23 años de Gobierno.

En el primer día laborable, después de que los combatientes del poderoso Grupo Wagner tomaron un cuartel militar y marcharon sobre Moscú, las autoridades seguían sin dar detalles sobre el acuerdo que puso fin abruptamente al motín. Mijail Mishustin, que encabeza el gabinete de Putin como primer ministro, reconoció que Rusia había enfrentado «un reto a su estabilidad». También pidió lealtad a la población.

«Tenemos que actuar juntos, como un solo equipo, y mantener la unidad de todas las fuerzas, agrupadas en torno al presidente», declaró. El propio Putin no se pronunció sobre la revuelta. El sábado había dicho que ponía en peligro la existencia misma de Rusia y prometió castigar a sus autores.

Los amotinados habían exigido la destitución del ministro ruso de Defensa, Sergei Shoigu. Lo que llevó a especular con que su cese sea parte del acuerdo que puso fin a la revuelta. Aún no había rastro de Yevgeny Prigozhin, jefe de Wagner y líder del motín. Se lo vio por última vez el sábado sonriendo en la parte trasera de un todoterreno mientras abandonaba la ciudad meridional de Rostov del Don, capturada por sus hombres antes de que les ordenara retirarse, informó Reuters.

El Comité Nacional Antiterrorista de Rusia declaró que la situación en el país era estable. El alcalde de Moscú, Sergei Sobyanin, que había pedido a los residentes que permanecieran en sus casas el sábado mientras los combatientes amotinados se acercaban a unos cientos de kilómetros de la capital.

A Prigozhin y sus combatientes se les había ofrecido inmunidad judicial a cambio de su retirada. Sin embargo, las agencias de noticias controladas por el Estado informaron este lunes de que la causa penal contra el jefe de Wagner seguía abierta y en curso.

Motín

El sábado, los mercenarios de Wagner que luchan en Ucrania cruzaron a Rusia, capturaron un cuartel general de guerra en Rostov y recorrieron la mayor parte de los 1.100 kilómetros hasta Moscú, sin encontrar resistencia sobre el terreno antes de detener bruscamente su avance.

Su comandante, Prigozhin, había exigido que le entregaran al ministro de Defensa, Shoigu, y al general de más alto rango del ejército. Un video difundido el lunes por el Ministerio de Defensa mostraba a Shoigu volando en un avión con un colega y escuchando informes en un puesto de mando. No había pruebas de cuándo o dónde se había filmado, y no tenía sonido.

Valery Gerasimov, Jefe del Estado Mayor, tampoco ha sido visto en público desde los hechos. El Kremlin manifestó que la cuestión de los cambios de personal era una prerrogativa exclusiva del presidente. También dijo que difícilmente podía haber formado parte de ningún acuerdo.

Putin dijo que la rebelión ponía en peligro la existencia misma de Rusia, prometiendo castigar a quienes estuvieran detrás de la revuelta. Además, estableció paralelos con el caos de 1917 que había conducido a la revolución bolchevique. Este lunes fue declarado día no laborable en Moscú para dar tiempo a que la situación se calme. Apenas había indicios de un aumento de la seguridad en la capital rusa.