Zonas del sur de España como Sevilla y Córdoba registraron el lunes temperaturas abrasadoras de hasta 44 grados centígrados en la primera ola de calor del verano que azota el país de Europa, obligando a la gente a buscar refugio a la sombra para protegerse de un sol abrasador.
Las olas de calor en junio se han hecho más frecuentes en los últimos años en España, como parte de un patrón global de aumento de las temperaturas atribuido por la mayoría de los científicos a la actividad humana. «En los últimos 12 años se ha triplicado la frecuencia de olas de calor en junio», afirma Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología española (AEMET).
Desde 2011 se han registrado seis olas de calor en junio, frente a solo cinco en los 35 años anteriores, según la AEMET. Se espera que el fenómeno meteorológico se prolongue hasta el miércoles, abarcando la región meridional de Andalucía, pero también Madrid, Extremadura y Castilla-La Mancha, donde los termómetros podrían alcanzar los 40-42° C.
«Fatal. Los niños tienen que venir aquí a refrescarse porque no hay manera en casa», dijo a Reuters en Madrid la ama de casa Elvira Martínez, de 27 años, de pie junto a fuentes con chorros de agua junto al río Manzanares. El calor estacional afectó a gran parte de la península ibérica en marzo y abril, unos meses que la ministra española para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, calificó de «terroríficos».
En algunas zonas del país se ha puesto en marcha un protocolo que prohíbe algunos trabajos al aire libre en condiciones de calor extremo. «Ya tenemos hecho el protocolo de lo que es la ola de calor. Trabajamos solo siete horas: entramos a las siete y terminamos a las dos de la tarde», dijo a Reuters en Madrid Reimundo Pérez, jardinero de 49 años, que procura trabajar a la sombra de los árboles en la medida de lo posible.
