El presidente Alberto Fernández pronunció un extenso discurso contra la corrupción y pidió ser «inflexible» ante «los vicios de las función pública». Durante su disertación, no sólo primó un tono de despedida por los últimos meses de mandato, sino también un mensaje dirigido a funcionarios que utilizaron esta conducta ilegal durante los 40 años de democracia.
En el Museo del Bicentenario de Casa Rosada, desde donde encabezó la presentación de la Mesa Nacional de Integridad y Transparencia, el jefe de Estado calificó como “no tolerable” la corrupción. “Todos los que estamos acá somos empleados o funcionarios públicos, y lo que tenemos que hacer es servir al pueblo. Para eso estamos nombrados, no para servirnos del pueblo”, mencionó.
Posteriormente, Alberto Fernández reveló lo que hará apenas termine su gestión: «El día que deje el gobierno voy a mandar a todos los diarios mi declaración jurada de bienes. Quiero que todos vean que hay un presidente y muchos funcionarios de mi gobierno que se van a su casa igual que cuando llegaron. No enriquecimos a nuestras familias, no somos amigos de empresarios, no le entregamos obras a nuestros amigos, no hicimos nada de eso».
“El curro existe entre nosotros y es una forma de corrupción», destacó al decir que la maniobra existe desde los eventos más cotidianos hasta en las negociaciones más importantes del país. Por ese motivo, mencionó que “hay que terminar con los vicios de la sociedad argentina en general y que aparecen en la administración pública manejando recursos públicos», y llamó a «ser inflexibles y terminar con eso».
De qué se trata el espacio que presentó Alberto Fernández
La Mesa Nacional de Integridad y Transparencia es un espacio interinstitucional encargado del seguimiento, coordinación y evaluación de políticas públicas. “Si no existieran delitos en el mundo, ustedes no serían necesarios. Ustedes están porque sabemos que en los sistemas hay gente que puede corromperse, y están para evitar que eso ocurra”, indicó con respecto a la presentación del organismo.
Casi al final, el presidente mencionó el estado de la obra pública antes de ser Gobierno, con un mensaje indirecto a la gestión de Mauricio Macri. Sin embargo, al tener un destinatario ambiguo, las declaraciones podrían haber estado dirigidas a la propia vicepresidenta Cristina Kirchner, condenada en la causa Vialidad. “Nosotros veníamos de una Argentina paralizada en la obra pública, nadie quería firmar nada. Terminamos siendo el Gobierno que más obras públicas licitó, más de 6000. Nunca nadie nos cuestionó nuestra ética, nadie cuestionó nuestra moralidad.
«Lo que ocurre en nuestro gobierno debe ser una regla, no podemos ser una excepción. Cuando uno ve firme la ética en los niveles más altos de gobierno parece desparramar para abajo. Parece permear hacia abajo, parece que arriba no perdonan el robo”, reafirmó al defender su gestión.
