Este miércoles, el gobierno de Francia anunció una mayor presencia policial en París y otras grandes ciudades de país y pidió calma después de que estalló la violencia dispersa por la muerte de un repartidor de 17 años que fue asesinado a tiros durante un control policial.
El ministro del Interior, Gerald Darmanin, explicó que 31 personas fueron arrestadas, 25 policías resultaron heridos y 40 automóviles se quemaron durante los disturbios nocturnos. Las tensiones se centraron en el suburbio parisino de Nanterre, donde Nael M., de 17 años, fue asesinado el martes durante un control de tránsito. El oficial de policía sospechoso de dispararle fue detenido y enfrenta posibles cargos de homicidio involuntario.
La madre de Nael hizo un llamado para una marcha silenciosa este jueves en honor de su hijo, cerca del lugar de su muerte. Los videos supuestamente del incidente fueron «extremadamente impactantes», dijo Darmanin, prometiendo una investigación completa. Las imágenes que circularon en las redes sociales muestran a dos policías apoyados en la ventana del lado del conductor de un automóvil amarillo.
Antes de que el vehículo se aleje, un oficial dispara contra la ventana. Después, se ve al auto chocar contra un poste cercano. «Hago un llamado a la calma y la verdad», manifestó el funcionario. Unos 1.200 policías fueron desplegados durante la noche y 2.000 estarían en vigor este miércoles en la región de París para «mantener el orden», informó Bloomberg.
El uso letal de armas de fuego es menos común en Francia que en Estados Unidos. La muerte del martes desató la ira en Nanterre y otras ciudades. Incluso, en torno a proyectos de viviendas, donde muchos residentes luchan contra la pobreza y la discriminación y sienten que el abuso policial está mal castigado.
La víctima resultó herida de bala y murió en el lugar, confirmó la fiscalía en un comunicado. Varias personas han muerto o han resultado heridas a manos de la policía francesa en los últimos años. Esto ha provocado demandas de una mayor rendición de cuentas.
