Este miércoles, los incendios forestales ardían por tercer día al oeste de Atenas, la capital de Grecia, mientras las autoridades se preparan para una nueva ola de calor que eleva los riesgos en todo el país. Con las primeras luces del día, los aviones bombarderos reanudaron sus operaciones sobre las localidades de Mandra, al oeste de Atenas, y Loutraki, cerca del canal de Corinto.
Los bomberos trabajaron durante toda la noche para mantener a raya las llamas y alejarlas de un complejo de refinerías costeras. Cuatro aviones enviados desde Italia y Francia se unirán a las labores el miércoles, informando a las autoridades. Desde el cuartel de bomberos habían declarado un tercer incendio en la isla de Rodas.
Decenas de casas han quedado destruidas y cientos de personas se han visto obligadas a huir de las llamas que el martes arrasaron varias aldeas. El tráfico permaneció interrumpido durante horas en dos rutas que conectan el continente con el Peloponeso. Se reabrieron parcialmente a primera hora del miércoles.
El riesgo de incendio era alto en todo el país. «Seguimos en alerta máxima», declaró el portavoz de los bomberos, Vassilis Varthakogiannis. El servicio meteorológico griego ha anunciado un alto riesgo de incendios esta semana, justo cuando el país se recupera de la primera gran ola de calor del verano, informó Reuters.
Se prevé que el jueves comience una segunda ola de calor. «Las condiciones son extremas, y es probable que lo sean durante otra semana», dijo Kostas Tsigas, jefe de la asociación de bomberos. El incendio, que se declaró el lunes en la región de Dervenochoria, a unos 30 kilómetros al norte de Atenas, se propagó rápidamente, avivado por vientos erráticos, y logró Mandra el martes, donde arrasó casas y obligó a la gente a huir.
