España votaba este domingo para elegir a su nuevo Gobierno en elecciones en las que el derechista Partido Popular (PP) es favorito a vencer al partido socialista del presidente saliente Pedro Sánchez y sus aliados. Aunque para ello podría tener que asociarse con una fuerza de extrema derecha nacionalista, euroescéptica y antifeminista. Pasado el mediodía en el país europeo, ya había sufragado poco más del 40% del electorado, pese a la intensa ola de calor.
Sánchez, en el poder desde 2018, anticipó los comicios luego de que su Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y su socio de coalición, la agrupación de izquierda Unidas Podemos, sufrieran una dura derrota en comicios locales y regionales en mayo. La mayoría de los sondeos muestran al PP, que ganó las elecciones de mayo, con la mayor intención de voto, aunque necesitando al partido de extrema derecha Vox para formar Gobierno.
“Lo que vaya a suceder hoy aquí va a ser muy importante, no solamente para nosotros, lógicamente, sino también para el mundo y para Europa”, afirmó Sánchez, presidente saliente, tras votar en un colegio en Madrid. “Tengo buenas vibraciones”, afirmó Sánchez, quien pidió “una participación histórica” para que el próximo “sea un gobierno fuerte para que España pueda avanzar”.
Bajo un calor sofocante, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, dijo que España estaba a las puertas de un cambio. “España puede iniciar una nueva época y espero y deseo que los españoles decidan en libertad, como lo estamos decidiendo hoy, a pesar insisto de las condiciones climatológicas”, dijo Núñez Feijoó a periodistas luego de votar.
Santiago Abascal, jefe de Vox, auguró para su partido “un resultado heroico”, al tiempo que llamó a la participación para que “se produzca un cambio de rumbo”, consignó AFP. Una coalición entre el PP y Vox implicaría un retorno de la extrema derecha al Gobierno español por primera vez desde que el país hizo su transición a la democracia tras la muerte del dictador Francisco Franco tras casi 40 años en el poder, en 1975.
También daría un firme giro a la derecha en otro país de la Unión Europea (UE), siguiendo una tendencia vista ya recientemente en Suecia (Magdalena Andersson), Finlandia (Sanna Marin) e Italia, (Giorgia Meloni). Países como Alemania y Francia están preocupados por lo que este viraje podría significar para las políticas inmigratorias y climáticas del bloque europeo.
El PSOE y Unidas Podemos, de centroizquierda e izquierda, respectivamente, son pro UE. En el bando de la derecha, el PP también es europeísta, pero Vox se opone a lo que describe como interferencia de la UE en los asuntos de España. Vox además cuestiona la noción de violencia de género, es escéptico frente al cambio climático, abiertamente antiaborto -como el PP- y rechaza el movimiento LGTBI.
Los comicios llegan en momentos en que España ejerce la presidencia temporal de la UE. El electorado renovará el Parlamento, que a su vez elige al Ejecutivo y a su primer ministro. España tiene una forma de Gobierno parlamentaria, así que ejerce el poder el partido o la alianza de partidos que logre mayoría en el Parlamento, es decir 176 bancas del total de 350. Por lo general, la agrupación más votada es la primera en tener la oportunidad de formar Gobierno. Si no llega a los 176 escaños, podrá aliarse con otro partido para hacerlo.
Desde 1982, el PSOE y el PP ocuparon alternativamente el Gobierno español, con mayoría absoluta o con el apoyo externo de otros grupos políticos menores, y con el otro partido como principal grupo de la oposición. El bipartidismo comenzó a horadarse en 2013 con la aparición de Podemos y luego en 2014 con la del partido de centroderecha Ciudadanos, y el Gobierno saliente de Sánchez es el primero de coalición desde el retorno a la democracia.