El presidente del Gobierno de España, el socialista Pedro Sánchez, y el líder del conservador Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, mantuvieron el lunes un intenso debate televisivo en directo, previo a las elecciones generales del próximo 23 de julio.
Los dos candidatos se enzarzaron en discusiones sobre diversos temas, desde la economía, la vivienda y las pensiones hasta el medio ambiente, las relaciones internacionales y los derechos de la mujer, interrumpiéndose a menudo, agitando gráficos numéricos, entornando los ojos y gesticulando airadamente.
Aunque ambos candidatos se declararon satisfechos con el resultado, los telespectadores y analistas afirmaron que los planes de Gobierno de los dos partidos quedaron eclipsados por la caótica actuación. Muchos criticaron a los dos presentadores del programa por no haberles puesto freno.
A poco menos de dos semanas para la votación, los sondeos de opinión dan a Feijóo como probable ganador, aunque probablemente necesitaría el apoyo del partido de extrema derecha Vox. Algunas encuestas, sin embargo, muestran a los socialistas (PSOE) recortando distancias poco más de un mes después de que Sánchez anunciara la convocatoria de elecciones anticipadas tras unos comicios regionales en los que su partido obtuvo unos resultados decepcionantes, informó Reuters.
Economía «como una moto»
Los candidatos citaron distintas métricas de inflación, crecimiento económico y empleo para pintar de ejemplar o desastrosa la gestión económica del presidente del Gobierno en funciones durante la pandemia del coronavirus y la guerra de Ucrania.
Sánchez destacó que España es uno de los pocos países europeos que ha situado la inflación por debajo del objetivo del 2% fijado por el Banco Central Europeo para 2023. Una prueba, dijo, de que «vamos en la buena dirección». Feijóo expresó que la afirmación de Sánchez de que la economía se movía «como una moto… muestra una falta de respeto a los españoles», señalando a la gente que tiene dificultades para pagar su compra semanal.
Ambos candidatos se toparon con un terreno incómodo en sus políticas relacionadas con la mujer. El Gobierno de izquierdas de Sánchez se vio obligado a pedir disculpas en abril por una laguna en una ley sobre violencia sexual que supuso la reducción o el fin anticipado de la condena de al menos 1.155 delincuentes encarcelados.
El PP de Feijóo ha sellado acuerdos de coalición en varias regiones y ciudades españolas con Vox que incluyen la reformulación de la violencia de género como «violencia intrafamiliar». El propio Feijóo fue recientemente puesto en la picota por decir que un candidato electoral de Vox condenado por violencia de género tuvo un «divorcio duro».
Feijóo le manifestó a Sánchez: «Hay violadores en la calle por culpa de usted (…) Hay más de 1.000 machistas violadores que han rebajado sus penas por usted». Sánchez respondió: «En nuestro país hay un problema con las agresiones sexuales. Un error se corrige, pero un gesto machista no (…) Lo que está haciendo con la ultraderecha es una claudicación ante el machismo».