El jefe del Organismo Internacional de Energia Atómica (OIEA) de la ONU, Rafael Grossi, aseguró este viernes que era consciente de que puede que uno o dos de los expertos que respaldaron el informe que dio luz verde al vertido por parte de Japón de agua radiactiva tratada procedente de la accidentada central de Fukushima podrían haber tenido dudas.
«Ha habido algunas ideas en el sentido de que uno o dos expertos habrían estado en contra (del informe)», dijo Grossi a Reuters. Cuando se le pidió que aclarara si había preocupación entre los expertos que respaldaron el informe, en el que participaron representantes de 11 países, incluida China, el más acérrimo crítico del plan japonés, añadió: «He oído decir eso (…) pero, de nuevo, lo que hemos publicado es científicamente impecable».
Grossi explicó que ninguno de los expertos le había planteado directamente sus preocupaciones y no dio más detalles sobre cómo se había enterado del asunto. El periódico estatal chino Global Times afirmó que Liu Senlin, experto chino del grupo de trabajo técnico del OIEA, estaba decepcionado con el «precipitado» informe. Además, había dicho que la aportación de los expertos era limitada y solo se utilizaba como referencia.
Liu no respondió inmediatamente a una petición de comentarios de Reuters. El grupo de trabajo fue establecido por el OIEA en 2021 para revisar la seguridad del plan de Japón de liberar unas 500 piscinas olímpicas de agua de la central, arrasada por un tsunami hace más de una década. También incluye miembros de Argentina, Australia, Canadá, Francia, Islas Marshall, Corea del Sur, Rusia, Reino Unido, Estados Unidos y Vietnam, según el organismo de control.
El argentino manifestó que el informe no se había elaborado por consenso y que el grupo de expertos científicos y asesores consultados «puede tener o no opiniones individuales». A la pregunta de si los expertos estaban satisfechos con el contenido del informe, Grossi respondió: «Absolutamente, sí. Si hay alguien que no lo está, que lo diga».
China
China declaró este viernes que reforzará el control de las importaciones de alimentos procedentes de Japón por motivos de seguridad. Corea del Sur había expresado anteriormente su preocupación por el vertido. Pero este viernes declaró que los planes de Japón cumplían las normas de seguridad mundiales y que respetaba la revisión del OIEA.