Por el femicidio de Cecilia Strzyzowski en Chaco está imputada la familia Sena, integrada por el líder social Emerenciano Sena, su esposa Marcela Acuña y el hijo de ambos, César Sena. En este marco, la madre de la víctima, Gloria Romero, sufrió la última semana de agresiones por parte de seguidores de Emerenciano Sena, vinculado políticamente al gobernador provincial, Jorge Capitanich.
Fue en la puerta de la fiscalía de Resistencia, donde 30 seguidores de Emerenciano Sena colgaron carteles en respaldo a su líder cuando la madre de Cecilia salía de reunirse con sus abogados y los representantes de la Justicia. A Gloria le gritaron “Mentirosa” mientras los fanáticos de Sena rompían carteles en respaldo a Cecilia. Ella no dudó en enfrentar a los manifestantes y una de las mujeres intentó agredirla.
Se trata de Alicia Pelizardi, una de las vecinas más temidas en el Barrio Emerenciano Sena y que recibe órdenes directas del matrimonio piquetero, consignó NA. Según el grupo de seguidores del Movimiento Emerenciano, el fundador de su espacio es “un preso político” y exigieron su inmediata liberación. La persona que lideraba la protesta era Pelizardi.
Pelizardi se preguntó por qué al periodismo nacional le interesa la desaparición de Cecilia y no “otras desapariciones”, y cuestionó: “¿Acaso les importa Cecilia porque es de Cambiemos?”. De acuerdo a la citada agencia, Pelizardi fue la encargada de juntar gente para llevarla en un camión a la chanchería de los Sena cuando se estaba realizando un allanamiento en búsqueda de los restos de la joven de 28 años.
También sube a sus redes sociales mensajes amenazantes contra los vecinos que se animaron a hablar ante los medios nacionales. Uno de esos casos fue el de Jésica Aguirre, madre de dos pequeños niños, que fue amenazada tras ser entrevistada por este cronista. Aguirre aseguró: “Dieron órdenes de acá adentro de no entre nadie del periodismo, escuché audios que mandaban y la voz era de Marcela Acuña”.
En tanto, en las instituciones educativas dentro del barrio “tomaron muchas represalias contra las madres”, afirmó Aguirre, y sumó: “Si los chicos no querían ir, si o si debían ir, siendo que ellos estaban al tanto. Mandé un mensaje diciendo que mi hijo no quería ir más, porque él fue a una de las primeras marchas que hicieron por Cecilia”. En ese sentido, detalló que ese mismo día subió una foto a sus redes solidarizándose con la madre de Cecilia y horas más tardes recibió un mensaje que la dejó atónita.
“Me habló una mamá del jardín diciéndome que ya estaban al tanto que yo había subido esa foto y que los directivos del jardín comenzaron a hablar en contra mío. Entonces mi hijo no quiso ir más porque sabe que Emerenciano mató a Cecilia”, señaló. Y añadió: “Yo pedí que cambien de turno a mi hijo o me den el pase, pero me citaron a hablar en persona y delante de mis dos hijos me dijeron que iban a tomar represalias conmigo, que me iban a hacer una demanda”. “Sí, tenemos miedo. Yo tengo miedo y mis hijos tienen miedo”, reveló.
Sin embargo, para los seguidores de Sena, Emerenciano y Fabiana González (colaboradora del clan y acusada de «encubrimiento») no deben estar en la cárcel. Los pedidos de libertad no abarcan ni a Marcela Acuña ni a César Sena. Sugestivamente, el reclamo se produjo horas después de la difusión de un audio de WhatsApp de Emerenciano Sena enviado desde la cárcel en el que exigía.
“Cada compañero que dice que está con nosotros tiene que pintar, grande o chico, ‘Libertad a Emerenciano’ frente a su casa porque sino seguimos siendo nadie”, se escucha decir a Sena en el audio. Además, amenazó a quienes quieran ingresar al barrio sin un mensaje de apoyo al líder: “Al que le disguste la palabra ‘Emerenciano’ y no sea del barrio, que no entre”.
Desde la semana siguiente a la detención del clan Sena, las segundas líneas, en la cadena de mando, les advirtieron a los vecinos del barrio Emerenciano Sena que la Policía allanaría sus viviendas a la mañana siguiente. Pelizardi sigue siendo la encargada de bajar las directivas que deben respetarse a rajatabla y habría sido una de las encargadas de limpiar el chalet de Oro al 1400 en el centro de Resistencia, días después del asesinato de Cecilia.