Los conservadores del primer ministro de Reino Unido, Rishi Sunak, perdieron este viernes dos escaños parlamentarios de importancia estratégica, pero conservaron inesperadamente la antigua circunscripción de Boris Johnson, en un revés para el principal partido de la oposición, los laboristas.
Los problemas a los que se enfrenta el premier se pusieron de manifiesto cuando el partido laborista de la oposición obtuvo su mayor victoria en unas elecciones parciales desde la Segunda Guerra Mundial en Selby and Ainsty, un escaño parlamentario anteriormente seguro para los conservadores.
Las votaciones eran una de las últimas pruebas electorales antes de las elecciones generales previstas para el próximo año. Se considera un indicador de las perspectivas de los dos principales partidos. La victoria demuestra «lo poderosa que es la demanda de cambio», según el líder laborista Keir Starmer.
Los conservadores sufrieron otra aplastante derrota en otra votación, pero conservaron por poco el antiguo escaño de Johnson por menos de 500 votos, en un enorme alivio para Sunak, que evitó convertirse en el primer líder británico que pierde tres elecciones parciales en un solo día desde hace más de medio siglo, informó Reuters.
Sunak, antiguo ministro de Finanzas y banquero de inversiones, ha intentado utilizar su liderazgo tecnocrático para restaurar la credibilidad de los conservadores después de que una serie de escándalos obligaran el año pasado a dimitir a Johnson y las turbulencias económicas forzaran que su sucesora Liz Truss dimitiera tras solo seis semanas.
Con una inflación obstinadamente alta, estancamiento económico, aumento de los impuestos y tasas hipotecarias, malestar industrial y largos tiempos de espera para emplear el servicio sanitario estatal, los conservadores se habían preparado para la posibilidad de perder las tres contiendas en las elecciones parciales del jueves.
Los conservadores de Sunak van 20 puntos por detrás de los laboristas en las encuestas nacionales, lo que sugiere que el partido gobernante no ganará sus quintas elecciones generales consecutivas. Pero la derrota de los laboristas en Uxbridge demuestra que su ventaja en las encuestas puede no traducirse en una clara mayoría parlamentaria.