El presidente de Rusia, Vladimir Putin, no asistirá en persona a la cumbre de líderes BRICS del próximo mes en Johannesburgo, lo que resolverá un posible dilema que enfrenta Sudáfrica sobre si ejecutar una orden de arresto de la Corte Penal Internacional en caso de que asista.
«Por mutuo acuerdo, el presidente Vladimir Putin de la Federación Rusa no asistirá a la cumbre, pero la Federación Rusa estará representada por el Ministro de Relaciones Exteriores, el Sr. Sergei Lavrov», informó la Presidencia de Sudáfrica en un comunicado este miércoles.
La posible participación de Putin en la reunión estaba siendo monitoreada de cerca por Washington y sus aliados mientras buscaban aislar a Moscú para su invasión de Ucrania. Sudáfrica ha adoptado una postura no alineada hacia el conflicto, una posición que ha generado duras críticas de algunos de los socios comerciales más grandes de la nación, incluidos Estados Unidos y la Unión Europea.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, confirmó que Putin participará en la cumbre por videoconferencia, mientras que Lavrov asistirá en persona. La Corte Penal Internacional (CPI) emitió la orden de arresto contra el líder ruso el 17 de marzo por crímenes de guerra relacionados con el presunto secuestro de niños de Ucrania, informó Bloomberg.
Esta decisión es el ejemplo más dramático hasta la fecha del impacto de la orden judicial de la CPI sobre Putin, lo que obligó al líder ruso a sopesar el riesgo potencial para su libertad de viajar al extranjero, incluso a países amigos como Sudáfrica. Rusia ha promocionado sus relaciones con China, India, Brasil y Sudáfrica, integrantes del BRICS, como evidencia de que los esfuerzos de Estados Unidos y Europa para aislar a Putin por la guerra han fracasado.
Si bien Putin no enfrentará el mismo dilema en India, que no es signataria de la corte, cuando sea sede de la cumbre de líderes del G20 en septiembre, hasta ahora ha evitado cualquier confrontación directa con los aliados europeos y estadounidenses de Ucrania en encuentros internacionales. Se saltó del grupo del año pasado en Indonesia.
Sudáfrica provocó la condena internacional en 2015, cuando se negó a ejecutar una orden de arresto de la CPI para el entonces mandatario sudanés Omar al-Bashir mientras asistía a una cumbre de la Unión Africana en el país. El expresidente sudafricano Jacob Zuma propuso retirarse de la CPI en 2016, aunque ese plan se abandonó más tarde.