Víctor Hugo Morales, periodista y relator de fútbol, manifestó que Clarín, mediante una serie de acciones relacionadas con el robo y subasta de cuadros de su propiedad, logró robarle alrededor de 230.000 dólares en una causa judicial. Además de los cuadros de valor que fueron robados y subastados a precios bajos, hubo uno en particular que no tenía un gran valor de mercado, pero tenía un valor sentimental especial para Morales, ya que había sido regalado por una oyente. Este cuadro también fue objeto de disputa en una causa judicial por malversación de caudales públicos iniciada por el gran multimedio y ahora el locutor podría recibir una pena de 2 a 8 años de prisión.
«Mientras tanto tengo que salir volando ahora de la radio, en minutos nada más, a una audiencia de un juicio que me hace Clarín, una vez más, parece mentira. Saben, hoy se cumplen 10 años de aquella denuncia de Héctor Magnetto (dueño de Clarín) que motivó a miles de personas a estar en la vereda y en la calles del juzgado ¿Se acuerdan de eso? Muchos fueron a respaldarme contra ese ataque demencial del poder mediático», expresó Morales en la radio AM 750.
«Fue un gesto espontáneo y maravilloso, un grito de pueblo, lo que yo sentí. Magnetto fue al juzgado ese día, hoy hace 10 años, pero se recluyó en una oficina que le ofrecieron sin dar la cara. Sólo quería monitorear, como hace siempre, desde atrás de los cortinados, desde las sombras, ese éxito miserable de haberme llevado hasta ese lugar», recordó el exconductor de la TV Pública.
«Ahora en 20 minutos tengo que irme a otra sede judicial por otra denuncia de Magnetto con la que ahora intenta meterme preso entre 2 y 8 años. Tengo no sé cuántos sobreseimientos en esa causa, de jueces y fiscales que se abochornan apenas ven la causa ¿Se acuerdan del robo de los cuadros cuando allanaron mi casa? Bueno, eso les permitió tomar nota de lo que se iban a llevar, de lo que se robaron finalmente, años de comprar cuadros queridos con los que vivía de una manera muy especial, arruinados por la peste clarín que pasaba por mi casa como un viento sonda, atontando, enfermando el alma», disparó el comunicador de 75 años.
«Tomaron nota y volvieron unos meses después, cuando ya se iban a llevar los cuadros, y dicho sea de paso lo subastaron a precio vil, porque lo que querían era dañarme cuadros que costaban mucho dinero y que habían significado un gran sacrificio en una etapa de mi vida que eran poco menos que regalados para que ellos se cobraran el famoso partido de Boca y Real Madrid con el que me robaron, en total, 230.000 dólares. Eso me robó, Clarín», aseguró Morales.
Víctor Hugo Morales no se rinde
«No me importa que haya perdido dinero, porque la vida me ha devuelto muchísimo y no es una cuestión económica la que me motiva a la queja. Recuerdo que faltaba un cuadro pequeño, regalado por una oyente que no tenía valor de mercado. Ese cuadro estaba en la casa de mi hija, de Paula, mi nieto lo había pedido y mi esposa les ofreció ir a buscarlo cuando el martillero dijo que faltaban cuadros. Eran cinco minutos tan solo, y el martillero le dijo que no se preocupara. Y no me parece que fuera una acción vil del martillero, ese cuadro no tenía ninguna importancia entre los muchos que se estaban llevando», insistió el exconductor de ESPN.
«Al tiempo, Clarín inició una causa por malversación de caudales públicos porque faltaba ese cuadro. Todos los jueces me fueron sobreseyendo porque el hecho es irrisorio. Pero clarín siempre apela y se vuelve a juicio. Hoy me toca ir a Casación y tengo que ir con mi señora que también tiene que declarar porque es la que había prestado el cuadro a nuestra hija. El cuadro estaba en otra casa a cinco minutos de la casa donde vivimos. Así que tengo que ir otra vez a explicar lo sucedido», insistió Morales.
«No puede haber algo más maldito que la persecución de un poderoso. El libro que empezó hace justamente hoy 10 años se llama Audiencia con el Diablo. Bueno, seguimos en sesión con el Diablo y con jueces terrenales que saben, lamentablemente, de qué lado hay un poder inclemente», concluyó Morales en una editorial corta y concisa.