Un momento realmente fuerte se vivió en «LAM», el programa que lleva adelante Ángel de Brito a través de la pantalla de América TV. Allí, estuvo como invitada Gladys La Bomba Tucumana, la reconocida cantante que se encuentra acompañando a su novio, Luciano Ojeda, quien atraviesa un cáncer que le descubrieron hace pocos años.
«Estamos juntos. Yo creo mucho en Dios, le pedí mucho a Dios que abriera su corazón porque él realmente no quiso que yo estuviera presente en su tratamiento. Estuvimos separados casi cuatro meses. Él es una persona muy joven, es un profesional, es licenciado en Higiene y Seguridad. Estaba atravesando esto con su familia, con su mamá, sus hermanos”, comentó diciendo.
«Nosotros estábamos viviendo juntos y de repente decidió sacarme de su vida. Para mí fue tremendo. Lo hizo más por una cuestión de amor a mí. Yo no podía entenderlo. Nadie me conoció una pareja real donde yo haya dicho: ‘Él es mi novio’. Con él sí lo hice. Tuvo mucho que ver el día que yo estuve acá, en que abrí mi corazón», sostuvo delante de Ángel de Brito.
Cómo fue lo que le descubrieron
Sin tapujos, Gladys La Bomba Tucumana contó cómo fue este proceso. «Se fue a hacer un chequeo después del Covid, sin ningún síntoma absolutamente de nada y ahí descubrieron que tenía un tumor enorme en su abdomen, un sarcoma. Él estaba fantástico, no tenía ningún síntoma. Tenía un tumor que le estaba agarrando un órgano que era el riñón, encima es monorreno. Está haciendo su quimioterapia con un montón de dificultades, desgraciadamente para nosotros», dijo.
«Fue durísimo porque está con un riñón que está fallando, es una complicación. Lo pude acompañar en su última quimio, pero estamos rezando mucho. Lo habían operado una vez. La segunda vez estuve yo presente en la operación, que era sacarle el sarcoma, que era gigante y lo tenía en su abdomen. pesaba como seis kilos. Y siempre estuvo sin síntomas», aclaró.
«En esta última, ya cambió, el tumor se hizo muy agresivo, empezó a crecer muy rápido. Estaba operado hacía muy poquito y a los tres meses tenía un tumor enorme en su panza. No se lo podían extirpar, entonces tuvo que empezar la quimio. Se había operado y lo habían atendido en el Hospital de Clínicas. Lo atendieron muy mal, lamentablemente. Creía en ese hospital. Pero la verdad que me siento defraudada y triste por como se lo trató a él como persona, mucho abandono de persona”, afirmó Gladys sobre lo que vive actualmente su pareja.
«Él cuando llegó al Fleming estaba grave, le hicieron transfusiones de sangre, de hierro. Lo habían operado hacía tres meses, va con un tumor de vuelta, que le sale a los tres meses de operado. Va de vuelta al Clínicas, y ahí no le dan bola, le dijeron: ‘Andá a buscar los estudios, bajá, subí’. El chico no podía hablar ni respirar, estaba pálido, había bajado diez kilos, se estaba muriendo», sentenció conmocionada.
