Este viernes, Estados Unidos, Corea del Sur y Japón se comprometerán a consultarse mutuamente en momentos de crisis, expresaron funcionarios, un compromiso diseñado para profundizar los lazos militares tripartitos, como el de Washington. Este encuentro busca reunir a sus aliados para contrarrestar la creciente influencia de China y las amenazas nucleares de Corea del Norte.
El compromiso, que no llega a ser una alianza formal, será la pieza central de la primera cumbre de Camp David del presidente estadounidense Joe Biden para líderes extranjeros y representa un movimiento significativo para Seúl y Tokio, que tienen una larga historia de resentimiento y desconfianza mutuos.
Biden dio la bienvenida al mandatario surcoreano, Yoon Suk Yeol, y al primer ministro japonés, Fumio Kishida, en su residencia en la montaña. Se espera que tengan varias horas de charlas para elaborar estrategias sobre cómo manejar las tensiones en la región del Indo-Pacífico y más allá.
Se espera que la cumbre produzca una serie de declaraciones conjuntas, incluidos compromisos para establecer una línea directa de crisis, trabajar juntos en tecnologías emergentes y reunirse anualmente. La reunión está cargada de simbolismo. Con el apoyo de Washington, Tokio y Seúl están navegando a través de disputas que datan de la ocupación japonesa de la península de Corea entre 1910 y 1945, informó Reuters.
No se espera que ninguna acción específica del trío en Camp David aumente drásticamente las tensiones con China. Aunque Beijing advirtió que los esfuerzos de Estados Unidos para fortalecer los lazos con Corea del Sur y Japón podrían «aumentar la tensión y la confrontación en la región». China cree que Washington está tratando de aislarlo diplomáticamente y rodearlo militarmente.
Las tensiones en el Mar Meridional de China han estallado entre el aliado de Estados Unidos, Filipinas, y China por un buque de guerra encallado que sirve como puesto militar filipino en la vía fluvial estratégica, una importante ruta comercial mundial.