El crimen de Morena Domínguez, una nena de 11 años que fue interceptada por dos motochorros a metros de ingresar al colegio, generó conmoción en la sociedad que está atemorizada por la inseguridad. Es por ello que en el Cementerio de Lanús hubo muchas personas esperando el cortejo fúnebre para darle un último adiós a la niña y sus amigos y familiares estuvieron allí en acompañamiento.
Su hermano, Bruno, fue uno de los familiares que rompió el silencio y expresó su dolor: «Anteayer hablé con ella, me mandó un mensaje que le lleve ropa. No pensé que iba a ser la última vez que la vea. Fue todo muy rápido, estábamos durmiendo. Ella era mi vida, si los tengo acá los mataría porque me sacaron a mi hermana», afirmó.
«Era un pan de dios. Me quedé en shock, se me paralizó el cuerpo cuando falleció, siento dolor y bronca. Extraño todo de ella. Yo estoy muy mal, todavía no comí, no dormí pensando que no tengo más a mi hermana«, lamentó Bruno luego de que el cortejo fúnebre pasó por su casa rumbo hacia el cementerio de Lanús, donde todos sus compañeros de colegio la esperaban.
Antes de irse, apareció Nazarena, otra familiar de la víctima, y culpó a la madre del hecho. «Quiero aclarar. Escuché a la madre de morena hablando y mi tío está pidiendo que venga a despedirse de ella, no tiene corazón. No quiere despedirse de ella. Se despidieron todos, mis tíos y amigos. Falta ella nada más», cuestionó la mujer que se sumó a las críticas del hermano: «Si hubiese estado acá, con mi papá, estaría viva. No es un juguete, mi hermana está en un cajón, tiene que venir. No la podemos llevar de acá para allá», cerró en América.
La desgarradora despedida de sus amigos
Antes de entrar al cementerio, los compañeros de colegio de Morena se acercaron hasta el cajón para ponerle una flor a su amiga. Cada uno de los niños de la Escuela Almafuerte N°60 tenía flores o cartas para la niña que perdió la vida en la mañana del miércoles 9 de agosto. «¿Por qué, More? ¿Por qué? Justicia, por favor» se escucha decir a una de sus amigas mientras llora.
Al grito de «justicia, justicia» los maestros de la niña le dieron un último adiós y decenas de padres tanto de ese colegio como de otros de la zona de Lanús se acercaron hasta el féretro porque consideran que como le sucedió a ella, le podría haber tocado a cualquier otra persona que estaba por allí porque los delincuentes eran de la zona.