El presidente de YPF, Pablo González, defendió enérgicamente la administración estatal de la petrolera, destacando que privatizarla como quiere Javier Milei sería regalar el «patrimonio de los argentinos». González resaltó que la empresa mantiene una interacción constante con 5.000 pymes proveedoras, proporcionándoles herramientas de capacitación técnica y de gestión.
En el marco del 4° Congreso Industrial del Consenso Nacional del Trabajo y la Producción, González subrayó los proyectos de infraestructura en curso, como Vaca Muerta Norte y Vaca Muerta Sur, que se espera generen una considerable cantidad de empleos. Destacó la importancia del Gas Natural Licuado (GNL) como política de Estado, previendo la generación de trabajo genuino y una entrada de 10 mil millones de dólares.
El presidente de YPF ante un posible recambio de gobierno en manos de la oposición volvió a reafirmar la importancia del actual modelo de administración de la empresa energética que está el 51% en manos del Estado y el 49% de privados. En ese sentido, subrayó que privatizar YPF sería «regalar el patrimonio de los argentinos» y comparó la situación con otros países que no entregan sus recursos estratégicos.
«Nuestra mayor preocupación es lo que puede venir porque estamos escuchando a ciertos candidatos a presidencia que hablan de una apertura de la economía, de privatizaciones, de situaciones que a las pymes nos va a perjudicar; ya vivimos esa experiencia y sabemos cómo termina», disparó el empresario que llegó al máximo cargo en 2021 remplazando al saliente Guillermo Nielsen.
Javier Milei planta la bandera de la privatización de YPF
El plan del precandidato a presidente de la Nación más votado en las PASO, Javier Milei, incluye el aumento de tarifas de luz y gas para combatir el rezago respecto a la inflación, una reorientación de los subsidios energéticos hacia la demanda y la fusión de entes reguladores. Su enfoque se centra en la liberalización de los mercados y la firma de contratos de exportación a largo plazo. Pero el aspecto más controversial es su propuesta de una privatización gradual de YPF, con el objetivo de dotarla de valor antes de vender las acciones estatales.
El referente de Milei en Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, ha sido el principal vocero de este enfoque. Chirillo, con experiencia en privatizaciones anteriores, considera que YPF debería ser un «instrumento para la transición» y no un ente regulador. La visión de Milei sugiere que YPF sería «puesta en valor» antes de cualquier venta, en contraposición a ser vendida a precio de remate.
La propuesta de Milei para privatizar empresas estratégicas como YPF y Aerolíneas Argentinas ha generado polarización en el panorama político. Mientras Milei defiende su enfoque liberal, la oposición y otros críticos sostienen que la experiencia pasada con privatizaciones no garantiza el éxito, y que la protección de los intereses nacionales y el futuro económico de Argentina deberían primar en la toma de decisiones.
La estatización de YPF permitió un resurgimiento en términos de producción, inversión y desarrollo en la industria de hidrocarburos. La empresa logró ganancias significativas y diversificó sus actividades en áreas como energías renovables, investigación del litio y el hidrógeno verde. Por lo tanto, los críticos de Milei creen que una venta apresurada podría tener un impacto devastador en el potencial económico y energético de Argentina, especialmente en el contexto de Vaca Muerta, una reserva de hidrocarburos clave para el país.