El presidente Alberto Fernández cuestionó las intenciones del candidato presidencial libertario Javier Milei de cerrar el CONICET y lo tildó de «fascista». Lo hizo sin mencionarlo, pero con referencias al respecto. «Para un fascista nada es más peligroso que pensar», subrayó en el marco de la entrega legajos a investigadores víctimas del terrorismo de Estado que encabezó.
Las principales declaraciones
«Me preocupa muchísimo que estemos en un momento electoral donde discutamos si la ciencia o la tecnología son importante para el desarrollo», expresó luego de que el diputado economista asegurara que ante un eventual gobierno suyo cerraría el Ministerio de Ciencia y Tecnología.
En la misma línea, el mandatario planteó: «Cuando después escucho que niegan la dictadura, que instalan la teoría de los dos demonios, que defienden lo indefendible de la mayor tragedia argentina, entiendo, pero eso no los justifica, los hace más atroces».
Desde el Polo Tecnológico, ubicado en el barrio porteño de Palermo, el jefe de Estado manifestó: «Estamos reivindicando hombres y mujeres cesanteados, perseguidos, desaparecidos de la faz de la tierra por el solo hecho de pensar. Ese es el verdadero problema». «Para un fascista nada es más peligroso que pensar, el pensamiento del otro los vuelve peligroso», dictaminó.
El mensaje de Alberto Fernández a los investigadores
Asimismo, de cara un auditorio colmado por investigadores y referentes de la lucha por los Derechos Humanos, completó: «Por esos no los quieren, les tienen miedo, cierran las universidades, planten que la escuela pública es para adoctrinar gente». En alusión a Javier Milei y Patricia Bullrich, Alberto Fernández dijo: «Los he visto reaccionar frente a las barbarzadas que dice un candidato. Los he visto reaccionar frente a otra candidata que por más que no lo dice, lo hizo cuando estuvo en el Gobierno».
A un mes de las generales del 22 de octubre, subrayó: «La Argentina cumple 40 años de democracia, nos costó mucho y no nos salió todo lo bien que queríamos, pero en muchas cosas avanzamos». «Nuestro deber es que esto no termine acá, que florezcan mil ideas, tratar a nuestros científicos y docentes como se merecen», enfatizó. Y completó: «El CONICET tiene por detrás una historia tremenda y por delante una desafío enorme. Nunca más debe permitirse que alguien sea avasallado por el hecho de pensar».