En las últimas décadas, la Argentina fue gobernada 16 años por el kirchnerismo y 4 por Juntos por el Cambio. En el trayecto ha experimentado cambios sorprendentes en su panorama económico y social, y uno de los más impactantes es el hecho de que tener un empleo estable y en blanco ya no es suficiente para evitar caer en la pobreza. Se estima que este año, la tasa de pobreza podría cerrar en un alarmante 42%, lo que equivale a casi 20 millones de personas viviendo en condiciones precarias.
El aumento constante de la canasta básica es un reflejo de la inflación que ha plagado al país que, de acuerdo a datos de la agencia NA, tuvo un incremento del 39,660% en los últimos 20 años. Esto significa que una familia tipo necesitó $284,687 en agosto para no ser considerada pobre.
A medida que se acercan las elecciones, la inflación en aumento y los salarios insuficientes, especialmente para los trabajadores en relación de dependencia, contribuyen a este fenómeno preocupante. La alta proporción de trabajadores en la economía informal también juega un papel importante en esta tendencia, que se suma al creciente número de personas en situación de indigencia en las calles.
A pesar de la disminución en la tasa de desempleo que se generó durante la actual gestión y que hoy se sitúa en el 6.2% de la población activa, el nivel de pobreza continúa en aumento debido a los salarios bajos y las dificultades estructurales que enfrentan quienes tienen menos recursos para defenderse.
Inflación y pobreza: la deuda del Kirchnerismo y Juntos por el Cambio
Se espera que el año 2023 cierre con la tasa de pobreza más alta en 21 años, una situación que será similar a finales de 2002, poco después de la crisis económica de diciembre de 2001. En ese momento, más de 20,8 millones de personas se encontraban en la pobreza, incapaces de cubrir una canasta básica mensual de $716 en AMBA. Además, casi 10 millones de personas vivían en la indigencia, lo que representaba el 57.5% de la población.
El miércoles, el Indec dará a conocer los datos de pobreza correspondientes al primer semestre de este año, que se espera que ronde el 40,1%, es decir, 5% por encima del primer semestre de 2022, lo que se traduce en aproximadamente 18, 5 millones de personas en situación de pobreza. Los economistas advierten que estos números no reflejarán completamente el impacto de la inflación récord de agosto y las previsiones similares para septiembre. Algunos incluso sugieren que la inflación de los últimos meses podría empujar a otras 500.000 personas a la pobreza.
La inflación no es la única explicación para el aumento de la pobreza; la disminución de la productividad promedio en los últimos años también ha impactado los ingresos, ajustándolos a niveles más bajos. La pobreza se ha convertido en uno de los temas centrales en la campaña electoral, y el próximo miércoles, el INDEC presentará los datos actualizados para el primer semestre de 2023, lo que arrojará luz sobre la magnitud del desafío social que enfrenta la Argentina.