Los allegados a Silvina Luna pudieron despedirla en una ceremonia íntima y luego sus restos fueron llevados al panteón de actores en el Cementerio de la Chacarita. Parte del traslado en el coche fúnebre fue cubierto por la prensa y Flor de la V se quebró mientras hablaba de su amiga y excompañera de trabajo.
«No lo puedo creer. Una chica llena de vida, tan joven, llena de bondad, de amor, de compasión. ¡No lo puedo creer!», manifestó Flor de la V entre lágrimas. Además, destacó una de las últimas intervenciones de Luna en la televisión: «Hay algo que me queda de la última entrevista que dio a Ángel de Brito, donde ella dice… cuando habla de esta persona que hoy ni siquiera puedo nombrar, dijo ‘nunca me llamó para pedirme perdón’«.
Y remarcó: «Quizás eso le hubiera bastado». «Ella se fue sin ese pedido de perdón y sin la justicia, porque esta persona sigue libre. Espero que esto sirva de algo, no solo para tomar consciencia, sino para que Silvina tenga justicia como tantas otras víctimas», dijo la animadora de América TV con dolor.
Acto seguido, Flor de la V habló de las características que siempre hicieron que Silvina Luna sea una persona querida dentro del ambiente. «Estamos despidiendo a una compañera, a una amiga, todos en el medio la conocíamos. Y no es que la muerte te hace más buena, era una persona buena, íntegra, era una persona de gran corazón».
«Era una chica que tenía sueños, soñaba con formar una familia, soñaba con tener hijos y ese sueño terminó en la cama de un hospital; y esa muerte no puede quedar impune, nos vamos a ocupar de que así sea», se lamentó la conductora y concluyó con su descargo en «Intrusos».
La reflexión de Flor de la V
Antes del entierro de Silvina Luna, la conductora del ciclo de chimentos habló del caso de la modelo en sus redes sociales y planteó: ¿Qué pasa con la justicia? ¿Por qué Aníbal Lotoki seguía operando en estado de libertad? ¿Tiene protección? Estas son solo algunas de las preguntas que nos hacemos todxs cuando escuchamos a este hombre decir que la culpa es de las víctimas. La tristeza se vuelve bronca e impotencia. No puedo dejar de pensar en su hermano Ezequiel, que no se separó de su lado en estos tres últimos meses de calvario”.