Se trata, sin lugar a dudas, de uno de los periodistas más importantes de su generación. Y es que Sergio Lapegüe ha sabido muy bien de qué manera ganarse el cariño de la gente que lo sigue desde hace años, tanto en TN, como así también en La 100 FM y Canal Trece. Siempre reflexivo, volvió a dejar un profundo mensaje delante de sus seguidores.
“Nos pasamos el tiempo apurados, corriendo. La vida es lenta, pero nosotros vamos rápido. Comemos rápido, hablamos rápido y nos dormimos rápido porque al otro día hay que despertarse rápido para llegar rápido al trabajo. Y cuando se termina el horario laboral, nos vamos rápido para casa. ¿Para qué?”, comenzó preguntando.
“Cuando uno va rápido se pierde de ver muchas cosas. Momentos con la familia, los amigos, de disfrute. A mi edad, encontrar el equilibrio no es fácil. Yo siempre supe que debía bajar un cambio, pero no sabía cómo hacerlo. Así fui siempre hasta que en 2021, el Covid me obligó a PARAR”, sostuvo Sergio Lapegüe después de pasar por momentos de mucha preocupación.
Lo hizo reflexionar
“Pero, ya recuperado, lo natural fue volver de a poco a la vieja normalidad, a trabajar hasta los fines de semana. Aunque me ayude mucho refugiarme en mi familia, en la música, en la intimidad y los pequeños momentos de placer (mis cables a tierra), no tengo la receta justa. Quizás esa receta no exista, porque nadie tiene todas las respuestas ni la fórmula para encontrar el equilibrio”, afirmó.
“El otro día le dije a Bochi que necesitaba que el día tuviese más horas, algo que siempre pienso. Ella, sabia, me respondió: ‘Tenés que hacer menos cosas y el día te va a alcanzar’. Me dejó pensando”, aclaró en torno a la conversación que tuvo con su esposa. “Mientras tanto espero un llamado, una oportunidad, un abrazo, una palabra de aliento, de cariño”, sostuvo.
“Un alivio para bajar un cambio (sólo uno) y luego para acelerar más rápido. Quizás de eso se trate la vida: de caminar tratando de encontrar un equilibrio y la solución a nuestros demonios internos, pero siempre mirando hacia adelante. Si no se puede parar a cero, ¿quién anima a bajar un cambio?”, indagó Lapegüe.