Pablo Javkin expuso su confianza de cara al domingo, donde irá por la reelección en la intendencia de Rosario. El mandatario de una de las ciudades más importantes de Santa Fe y el país subrayó su entusiasmo por continuar en el cargo. Además sumó que un cambio de autoridades a nivel provincial podría mejorar el contexto contra el narcotráfico.
El próximo domingo, en Santa Fe, habrá elecciones. En la provincia se definirá quién será el nuevo gobernador y se renovarán intendentes. En el caso de Rosario, Pablo Javkin se encamina a ser reelecto. Es por eso que el mandamás de la ciudad dio su visión de lo que espera del fin de semana venidero: “Tengo las mejores expectativas para el domingo, yo creo que empieza a cambiar algo«, manifestó en Radio Mitre.
Pese a administrar a la ciudad de Rosario, el intendente reclamó apoyo por parte de la provincia y el Estado nacional: «La ciudad no ha tenido, por parte de los gobiernos nacionales y provinciales que son los que tienen ley y armas para cuidarnos, ninguna de las cosas mínimas que necesitamos para transitar tranquilos por la calle”, sostuvo en diálogo con Eduardo Feinmann.
“La posibilidad de un cambio de alinear, definitivamente la ciudad con la provincia, con Maximiliano Pullaro gobernador, con Clara García como diputada y con nosotros como intendentes, de tener por fin para los rosarinos, una política coherente que prioriza lo que más necesitamos caminar tranquilos por la calle y poder mostrar toda la enorme fuerza productiva, cultural, que Rosario tiene en paz”, agregó Pablo Javkin.
Observó que la próxima elección puede significar un nuevo punto de partida para la provincia y la ciudad que le toca administrar: “En esta pelea muy clara de dos modelos en modelo nacional, provincial, el kirchnerismo que fue lo que nos trajo hasta acá, y el cambio que sin duda empiezan a hacer el domingo en Santa Fe”, expresó.
El dirigente rosarino expuso su argumento sobre los problemas que sacuden a la provincia: “El desorden impropio de la falta de verticalidad, el desorden propio del maltrato a la fuerza, el desorden propio de la complicidad de entender que es un fin de ciclo y que no hay líneas claras todo lo que no tiene que suceder en materia policial», concluyó.