El presidente Alberto Fernández iniciará mañana su última gira internacional que lo llevará a China para cerrar un nuevo swap que alimente las reservas del BCRA y también reafirmar su intención de sumarse al grupo de los BRICS que inicialmente estuvo integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, y ahora será ampliado.
El mandatario partirá este jueves por la mañana en lo que será el último viaje de peso antes de dejar su mandato el 10 de diciembre, y que incluirá encuentros bilaterales con su par chino, Xi Jinping, y con Dilma Rousseff, del Banco de Desarrollo de los BRICS. Alberto Fernández llegará el viernes a Shanghai y luego se trasladará a Beijing hasta el 18, por lo que se espera que regrese a la Argentina sólo 48 horas antes de las elecciones presidenciales.
La reunión con la ex mandataria brasileña Rousseff en Shangai encierra expectativas, ya que la dirigente lidera el Banco de Desarrollo de los BRICS y que puede abrir una línea de créditos para la Argentina. Ahora que el gobierno de Fernández obtuvo el ingreso al BRICS podría tener prioridad en el acceso a una línea blanda de fondos inmediatos que ofrece el Banco de Desarrollo.
Agenda de Alberto Fernández en China
En la principal ciudad financiera del gigante asiático, el mandatario además mantendrá un encuentro con autoridades de un foro de empresas mineras que tienen interés en invertir en la Argentina, sobre todo en el área de desarrollo de explotación del litio.
Luego, ya en Beijing, Fernández participará del III Foro de la Franja y la Ruta para la Cooperación Internacional, a la que fue invitado por su par chino y al que asistirán jefes de Estado y autoridades de más de 110 países. En ese marco, se contempla una reunión con Xi Jinping para repasar la agenda bilateral con el segundo socio comercial de la Argentina y el segundo destino para las exportaciones.
También se espera la posibilidad de ampliar la línea de swaps y del comercio de la Argentina a Beijing, tras la nueva corrida cambiaria que sacudió al país en los últimos días. De esta forma, si bien es su última visita a China como presidente, mantendrá en vilo a la cartera económica.
