Pese a haber conseguido casi el 45% de los votos en la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof tendrá una Legislatura adversa, al menos por los próximos dos años. Unión por la Patria no tendrá el quórum ni en el Senado ni en Diputados y deberá negociar con la oposición para aprobar leyes.
La elección del domingo dejó definido el mapa de fuerzas en la compleja Legislatura bonaerense. En el Senado, el peronismo tendrá 21 bancas, Juntos por el Cambio tendrá 20 y La Libertad Avanza, cinco. El quórum se consigue con 24, por lo que el peronismo deberá conseguir tres senadores para sesionar. De todos modos, el escenario para Kicillof es mejor que el que planteaban los comicios de agosto, informó La Política Online.
En esa elección primaria, el peronismo quedaba con 19 bancas, a JxC con 22 y a los libertarios con cinco. Fue la buena elección en La Plata lo que le permitió a Unión por la Patria sumar el domingo una banca. En Diputados, tanto el peronismo como la coalición Juntos tendrán 37 bancas cada uno.
En tanto, La Libertad Avanza tendrá un bloque de 16 diputados y será clave para que Kicillof pueda aprobar proyectos. Mientras que la Izquierda tendrá dos bancas, al menos por los próximos dos años. El peronismo quedó, además, muy lejos del quórum que se consigue con 47 diputados. Necesitará para sesionar 10 bancas de la oposición.
En esta cámara, JxC perdió 4 bancas respecto de lo que había conseguido en las PASO. Una fue para el peronismo y tres fueron para La Libertad Avanza. Esta nueva conformación de la Legislatura debutará probablemente con la aprobación del paquete de leyes del presupuesto para el próximo año, que incluye además autorizaciones de endeudamiento y aumento de impuestos. El endeudamiento requiere dos tercios de los votos para su aprobación.
Tras la derrota de Patricia Bullrich, en la coalición Juntos ya se habla de varios reacomodamientos que se darán en las próximas semanas. Algunos sugieren que habrá legisladores del PRO más cercanos a Javier Milei y otro sector con la UCR y residuales del PRO con un perfil más moderado. Esa reconfiguración puede devenir en varios bloques que se pueden convertir en la llave para que Kicillof pueda conseguir los votos para aprobar leyes.
En Diputados se viene una negociación clave: el presidente de la Cámara Baja. Se sabe que La Cámpora nunca quiso tener ese cargo, que el sector de los intendentes del conurbano están abocados a gobernar sus distritos y que Kicillof no tiene legisladores propios que puedan ocupar ese sillón. Ahí asoma la posibilidad de que el massismo se quede con la poderosa presidencia.
