Carlos Melconian, jefe de los economistas de Patricia Bullrich, manifestó que los audios suyos que filtró el periodista Tomás Mendez son verdaderos, pero afirmó que están editados y recortados para generar una falso discurso que lo deja mal parado. exponiendo un presunto plan para ejercer influencia indebida y acosar a empleadas del sector público a cambio de nombramientos. Estas grabaciones, cuya autenticidad aún se encuentra bajo investigación, supuestamente datan de la época en que Melconian ocupaba el cargo de presidente del Banco Nación durante la gestión de Mauricio Macri.
Melconian, antes de defenderse en el programa de Mirtha Legrand por los audios que se filtraron de él ofreciendo cargos en el Banco Nación a cambio de relaciones sexuales, afirmó que fue toda una operación política por el hecho de que va a ser el ministro de Economía de Patricia Bullrich. «Han tenido siete años, diez años, hasta la segunda semana de las PASO. Yo no estaba ni siquiera designado. Mirá qué curiosidad que nadie dice nada de mí hasta ahí», afirmó el economista.
“Cuando me dicen esto (de los audios) me pongo a pensar la fuente. Me dan la fuente, un señor (Tomás Mendez, experiodista de C5N y Crónica TV), que ni siquiera es de un canal abierto. Empiezo a mirar, pregunto como caído del catre quién es. Es un tránsfuga de primer nivel, le podés preguntar acá a los periodistas. Un delincuente de primer nivel. Un hombre extorsionador. Una persona dedicada absolutamente a esta tarea, él y la persona que lo patrocina. Aparentemente, de los servicios. Quiero decir, no es Santiago Kovadloff, (Graciela) Fernández Meijide y las madres de Plaza de Mayo… Ni siquiera una denuncia. Esta cosa trucha, de este aparato. Nada más», argumentó el exfuncionario del Banco Central.
«Por lo poco que escuché, parece que soy yo, pero hoy (por el sábado) escuché a un señor que se llama Julio López con (Jorge) Lanata y con (Eduardo) Feinmann, donde el tipo imita a Lanata hablando con Margarita. Pero no importa, quiero ir al contenido. No importa si es mi voz o no es mi voz, ponele que sí, que es mi audio. Pero es una mentira total», explicó el expresidente del Banco Nación.
«Esto que escuchás de acá, de una llamada, con esto que escuchás de acá, de otra llamada; ponele que sea mío porque es una pegatina, un moco, una edición tremenda. Viene la fábula donde habla el señor (en referencia a quien lo publicó), no yo. Entre esta llamada y esta llamada, empieza a darse manija si tiene que ver con tráfico de no sé qué, con acoso de no sé qué. Y no hay nada ahí. Aunque fuese yo, que el día que lo revisen y lo chequeen, yo te voy a hablar con contundencia. Yo no tengo pelos en la lengua. Aunque fuese así, ¿Qué dice esto? ¿Y cómo se asocia que uno está en el tráfico de no sé qué?», expresó Melconian.
Luego, Patricia Bullrich se sumó y defendió a su dirigente político: «Las campañas sucias hoy en la Argentina han tomado un nivel de dimensión terrible. Yo escuché el audio varias veces y es un audio absolutamente incoherente, que no tiene ningún delito, ni tráfico de influencias, ni nada. Lo escuché en varias oportunidades porque va en mi prestigio también y el de Carlos y el de nuestro gobierno. Para mí esto está hecho con el objeto de que estemos hoy acá discutiendo esto y nada más».
¿Qué dicen los audios de Melconian?
En una de las grabaciones, Melconian menciona que está por dejar su puesto en el Banco Nación y, por lo tanto, siente la urgencia de nombrar directores en varias empresas con el fin de asegurar sus ingresos y «mandarlos al pozo». La idea, según relata, es que estas designaciones se aprueben a cambio de favores dirigidos al entonces secretario de Comercio, Miguel Braun, entre 2015 y 2018. El periodista Méndez sostiene que, si estas afirmaciones se corroboran, podrían constituir un delito de tráfico de influencias, un delito grave.
En otra de las grabaciones, Melconian supuestamente admite su conexión con una red de prostitución de alto nivel que operaba en el Hotel Panamericano de Buenos Aires, también en el contexto de favores políticos. Finalmente, en dos conversaciones adicionales, el economista habla directamente con una empleada del Banco Nación, a quien presiona para retomar una relación íntima y le exige que concrete esto en la misma semana. La mujer busca evitar la situación y propone posponerla para la semana siguiente, a lo que Melconian le advierte que esto podría poner en riesgo su trabajo.
La empleada duda y le pregunta si ha hablado «con Rodolfo», quien aparentemente tiene un papel clave en su nombramiento. Melconian le responde que lo hablará después de reunirse. En una llamada posterior, la empleada vuelve a inquirir si Melconian ha conversado con esta persona llamada Rodolfo, y ante las respuestas evasivas de su superior, menciona que le han ofrecido un puesto en Cancillería.