El martes, un puñado de republicanos de la Cámara de Representantes de Estados Unidos destituyeron al presidente republicano Kevin McCarthy, mientras las luchas internas del partido sumían al Congreso en un nuevo caos pocos días después de haber evitado por poco un cierre del Gobierno.
La votación de 216 frente a 210 marcó la primera vez en la historia que la Cámara destituye a su líder, con ocho republicanos, sumándose a los con 208 demócratas para destituir a McCarthy. Esta rebelión estuvo encabezada por el representante Matt Gaetz, un republicano de extrema derecha de Florida y antagonista de McCarthy que acusó al líder del partido de no hacer lo suficiente para recortar el gasto federal ni para enfrentarse al presidente demócrata Joe Biden.
«Kevin McCarthy es una criatura del pantano. Ha llegado al poder recaudando dinero de intereses especiales y redistribuyendo ese dinero a cambio de favores. Ahora estamos rompiendo la fiebre», expresó. Los republicanos controlan la Cámara por una estrecha mayoría de 221-212, lo que significa que no pueden permitirse perder más de cinco votos si los demócratas actúan unidos como oposición.
La destitución de McCarthy paraliza la actividad legislativa en el recinto, con el horizonte de un nuevo cierre de la Administración el 17 de noviembre si el Congreso no amplía la financiación. La Casa Blanca expresó su esperanza de que la Cámara se mueva con rapidez para elegir a un sustituto, el segundo en la línea de sucesión a la presidencia después del vicepresidente, informó Reuters.
Aguas desconocidas
La votación dejó al Congreso de Estados Unidos en una situación desconocida, mientras se esfuerza por actualizar los programas de subsidios agrícolas y de nutrición, aprobar proyectos de ley de financiación del Gobierno y estudiar nuevas ayudas a Ucrania.
No estaba claro quién sucedería a McCarthy, quien había enfadado repetidamente a los demócratas en las últimas semanas, entre otras cosas al iniciar una investigación sobre el juicio político a Biden y el sábado al darles poco tiempo para leer un proyecto de ley de gasto provisional para evitar un cierre de la Administración, que necesitaba sus votos para aprobar.
Los demócratas podrían haber salvado a McCarthy, pero, tras considerarlo, afirmaron que no ayudarían a los republicanos a resolver sus propios problemas. Steve Scalise y Tom Emmer podrían ser candidatos, aunque ninguno ha expresado públicamente su interés. Patrick McHenry se mantendrá en el puesto de forma temporal. En teoría, los parlamentarios podrían votar para devolver el puesto a McCarthy, quien no respondió a preguntas tras la votación.