Al menos 27 personas fallecieron y cuatro siguen desaparecidas luego de que una de las tormentas más poderosas que jamás haya tocado tierra en México azotara Acapulco, uno de los destinos turísticos más importantes del país, causando daños estimados en decenas de miles de millones de dólares.
Sorprendiendo a muchos, Otis pasó en pocas horas de ser una tormenta tropical a un huracán de la máxima categoría 5 en la escala de Saffir-Simpson para tocar tierra durante la madrugada del miércoles como el ciclón más potente que haya golpeado la costa Pacífica de México desde que hay registro, incluso más que el devastador Patricia, de octubre de 2015.
Horas más tarde, la tormenta se disipó en las montañas entre los estados Guerrero y Michoacán, dejando copiosas precipitaciones. Acapulco, en el estado Guerrero, parecía una zona de guerra: palmeras y postes caídos en las calles, habitaciones de hoteles destrozadas, techos y paredes derruidas y autos parcialmente sumergidos bajo las aguas estancadas.
La gente batallaba con palas para remover el lodo de sus casas. Una larga hilera de edificios de departamentos, ubicados en primera línea de playa en una exclusiva zona de Acapulco, quedaron despedazados. La ciudad posee más de 100 edificios de hasta 123 metros y más de 33 kilómetros de playas.
«Fue muy desastroso lo que padeció Acapulco (…) no tiene precedentes en el país en los últimos tiempos», expresó el presidente Andrés Manuel López Obrador. El mandatario anunció que el Gobierno va a apoyar a hoteleros y comerciantes para resarcir los daños y volver a reactivar el turismo, el motor de la zona. Las autoridades no han cuantificado aún la repercusión económica del impacto del huracán.
Desastres naturales recientes
Para la tarde del jueves, el servicio telefónico comenzaba a restablecerse, aunque aún lentamente. Muchos se veían en la necesidad de abandonar la ciudad en busca de comida, agua y electricidad. La costa occidental de México no es ajena a los ciclones. En octubre de 1997, el huracán Pauline tocó tierra en el estado Oaxaca con vientos de 215 km/h.
En septiembre de 2013, las lluvias y potentes vientos del huracán Manuel se juntaron con los del ciclón Ingrid en el Golfo de México, causando devastación en la costa de Guerrero, con un saldo de 123 muertos, 68 desaparecidos y decenas de miles de evacuados. Otis, sin embargo, es el huracán más potente en tocar tierra en la costa del Pacífico mexicano.
Con sus vientos de 270 kilómetros por hora (km/h), Otis dejó atrás el registro de Patricia que, en octubre de 2015, alcanzó la costa occidental de México con vientos de 240 km/h luego de haber registrado 305 km/h en mar abierto, convirtiéndolo en el ciclón tropical más intenso jamás observado.