El ministro de Economía, Sergio Massa, atribuyó el problema de la escasez de nafta y gasoil en las estaciones de servicios al aumento significativo del consumo de combustible durante el último fin de semana largo de octubre. Sin embargo, las empresas petroleras dicen que el problema es la falta de dólares a precio oficial para importar el petróleo crudo.
«El origen es que el fin de semana pasado hubo un 15% mayor de consumo que el mismo fin de semana del año anterior y se produjo un quiebre de stock para las empresas (petroleras), así que de alguna manera aspiramos a que se normalice rápidamente. Ayer tomamos la decisión de hacer la compra de 10 barcos, hoy se pagaron 40 millones de dólares y el lunes se paga otro monto similar para garantizar el abastecimiento», expresó Massa en declaraciones a la prensa.
Por otro lado, desde el sector petrolero indican que las restricciones cambiarias y los problemas en la logística y la distribución también han contribuido a la crisis de abastecimiento. La industria petrolera argentina ha estado enfrentando dificultades durante algún tiempo, incluyendo la falta de inversión en infraestructura energética y la brecha de precios con los países vecinos, lo que ha llevado a situaciones de escasez recurrentes.
Los expertos señalan que esta crisis no puede atribuirse únicamente a un aumento puntual en el consumo, sino que es el resultado de problemas sistémicos que requieren soluciones a largo plazo. Según un informe de la consultora SEG Ingenierías, la nafta y el gasoil en la Argentina tienen precios significativamente más bajos en comparación con países vecinos como Uruguay, lo que ha llevado a un aumento en la demanda de combustible en la frontera.
Las declaraciones de Massa, que sugieren que la culpa recae en los argentinos por consumir más, han sido objeto de críticas y desencadenaron un debate sobre la gestión económica y energética en el país. Mientras el Gobierno trabaja para resolver la crisis de combustible, la controversia en torno a las causas del problema sigue siendo un tema importante.
Massa niega la lógica del mercado: fijar un precio implica falta de stock en el futuro
La discrepancia de precios es notoria en dólares, donde el litro de nafta en Uruguay se vende a US$1,97, mientras que en la Argentina el litro de súper se vende a US$0,91. Esta diferencia de precios ha provocado que algunos extranjeros crucen la frontera en busca de combustible más económico. Pero, la brecha de precios y la demanda en las regiones fronterizas no parecen explicar completamente la crisis de escasez a nivel nacional.
Si el precio máximo se establece por debajo del nivel de equilibrio del mercado (donde oferta y demanda se igualan), se crea un desequilibrio. En este caso, la demanda suele superar a la oferta, lo que lleva a la escasez. Las empresas no pueden obtener suficiente ganancia vendiendo al precio máximo, por lo que reducen su producción o dejan de ofrecer el bien o servicio. Esto significa que los consumidores, a pesar del precio más bajo, no pueden encontrar suficiente cantidad del bien que desean.
En ese marco, el Gobierno nacional al congelar los precios de la nafta con un atraso en los valores al surtidor en comparación con la inflación, de 38 puntos porcentuales en 2023 implicó que la producción de los combustibles en la Argentina no se ajustaran de manera suficiente para mantener el ritmo con la demanda, lo que llevó en parte a problemas de abastecimiento.