Un estudio determinó que las declaraciones de Javier Milei sobre la última dictadura militar argentina, son amplificadas por las redes sociales. El candidato a presidente de La Libertad Avanza se pronunció en contra de los 30 mil desaparecidos en el primer debate presidencial. Tras su acotación, en las plataformas virtuales se hicieron eco y generaron una amplitud de la idea planteada.
Un informe elaborado por Contextual, una iniciativa del Instituto de Desarrollo Digital de América Latina y el Caribe (IDDLAC) que lucha contra desinformación y los discursos antidemocráticos, revela cómo las redes sociales amplifican el discurso negacionista del candidato a presidente por La Libertad Avanza, Javier Milei. Este informe se ejecutó luego de que negara la cifra de 30.000 desaparecidos en el debate presidencial de Santiago del Estero.
El principal cuestionamiento de Contextual está en la permisividad de las redes sociales en relación al negacionismo. Las principales plataformas, donde interactúan diversos usuarios, no han tenido ningún rol moderadores. El trabajo de los especialistas demuestra que no existen filtros que eviten la negación de la violación de los derechos humanos.
El texto explica cómo diferentes usuarios, afines a Javier Milei, se expresaron por YouTube o Twitter y celebraron la frase del candidato a presidente. «Estas conversaciones transcurrieron sin recibir ningún tipo de sanción por parte de las
plataformas digitales que tienen reglas claras al respecto. Tanto Youtube como Twitter, en sus políticas contra la incitación o la violencia, mencionan que se sancionarán “ideologías que inciten al odio”», reza el informe.
Pese a tener normas, Contextual subrayó la pasividad de las redes sociales al momento de restringir los posteos negacionistas: “Si bien el sistema jurídico argentino no penaliza el negacionismo, ya que su andamiaje constitucional prioriza altos estándares de libertad de expresión, plataformas como YouTube y X mostraron flaquezas enormes en la supuesta estructura que debería moderar, al menos, los mensajes de odio, que incluyen la negación y la relativización de violaciones a los derechos humanos mediante acciones violentas”, sostiene el estudio.
«El contexto resulta preocupante para la paz social y un diálogo mínimamente democrático, ya que discutir la cifra, que es, por cierto, un número abierto, no esmerila ni atenúa la crueldad del terrorismo de Estado, al tiempo que parece abrir la puerta para discutir cuestiones zanjadas por la Justicia a lo largo de 40 años de democracia», añade como conclusión el informe realizado por Contextual