Este domingo, el mismo día de la elección presidencial, Mauricio Macri soltó a Patricia Bullrich y se fue a jugar al golf durante toda la tarde de este domingo. El expresidente reservó el turno de las 15:00 horas en el Buenos Aires Golf Club para jugar con tres personas de su fuero íntimo. Junto a Macri jugó su escribano Jorge Ledesma, el exSocma, Carlos Taboada y el empresario bursátil Pablo María Videla.
Los partidos duran entre cuatro y cuatro horas y media, sin contar lo que los golfistas llaman «la jodita del hoyo 19». Esto que significa que Macri decidió abrirse de la elección, justo cuando en Juntos por el Cambio lo cuestionan por no haber jugado a fondo y haber coqueteado con Javier Milei durante toda la campaña, informó La Política Online.
Enojo de Juntos por el Cambio
El expresidente logró mantener el liderazgo del espacio, pero se ganó enemigos en toda la coalición. Los más golpeados por sus maniobras fueron Horacio Rodríguez Larreta y Bullrich. El jefe de gobierno porteño aparecía como el sucesor natural, pero Macri logró inclinar la cancha en favor de la exministra de Seguridad, que se impuso en la interna.
Cuando la postulación de Larreta era casi unánime, el Macri dijo que la competencia interna era «sana» y apuntaló a su rival, que terminó devorándoselo en las PASO. Larreta intentó dar vuelta la interna con la incorporación de Juan Schiaretti, pero Bullrich y Macri torpedearon el acuerdo.
Tras perder la interna, Bullrich incorporó a Larreta al final de la campaña. Le prometió la jefatura de gabinete de un eventual gobierno y cargos en la provincia. Patricia intentó correr a Macri en el final de la campaña, pero hoy por hoy tiene mejor sintonía con Larreta que con el expresidente.
La nueva versión de Bullrich llegó tras los constantes guiños de Macri a Milei. El expresidente aclaró varias veces que su candidata era Patricia, pero no se cuidó de elogiar al libertario en público y asesorarlo en privado. Esa dualidad desorientó al electorado y puede costarle muy cara a Bullrich. Hacia adentro de Juntos por el Cambio nadie disimula su bronca. Desde Elisa Carrió a Gerardo Morales, todos señalan a Macri como culpable del debilitamiento del espacio.
En el radicalismo imaginan que el líder del PRO quedará fortalecido y se impone Milei en las presidenciales, pero intuyen que la algarabía no será duradera. Consideran que al cabo de unos meses un eventual gobierno de Milei entrará en crisis que terminará complicando también a Macri. Si Bullrich llega al balotaje y gana la presidencia, la sobrevida política de Macri también correrá peligro.
