Alberto Fernández llegó al último mes de presidencia y ya planea cómo será la mudanza de la Quinta de Olivos. El mandatario presidencial tiene los días contados en el máximo cargo que hay en el país. Luego de cuatro años en la cúspide política, el jefe de Estado se retira marginado, con poca agenda presidencial y con una gran incertidumbre, ¿cómo será recordado?.
El hombre colocado por Cristina Kirchner en la presidencia llegó de manera inesperada. Tras haber sido un acérrimo rival de la ex Presidente por su «mala gestión» del 2011 al 2015, fue llamado a ser el representante de la unidad. Posteriormente a limar las asperezas entre ambos, se conformó Unión por la Patria y el actual mandatario consiguió vencer a Mauricio Macri en las elecciones.
En el seno del peronismo todo era una algarabía porque la jugada maestra de Cristina Kirchner nuevamente colocaba a la histórica fuerza en el poder. Sin embargo, lo que se proyectaba próspero comenzó a cambiar de rumbo. Las diferencias dentro de la fórmula presidencial daba sus primeras señales de alerta.
A los inconvenientes políticos se le sumaron los contextos sociales e internacionales. A pocos más de cuatro meses en el Ejecutivo, el mundo veía cómo el coronavirus iba acechando a todos los países. Finalmente el virus arribó a la Argentina y la hizo colisionar en todos los aspectos: económicos, salud, educación y seguridad. La extensa cuarentena conllevó a que la mirada social hacia el Preisdente vaya mermando.
Seguidamente llegaron las vacunas que se la pudieron aplicar, primeramente, personas allegadas al entonces ministro de Salud, Ginés González García. El sacudón más fuerte que tuvo que soportar la Casa Rosada fue cuando se dieron a conocer imágenes, donde Alberto Fernández celebró su cumpleaños en la residencia presidencial. Lo hizo de forma ilegal ya que el confinamiento le prohibía cualquier tipo de reunión.
Ya con la desconfianza popular, la palabra desgastada y una gestión en declive, el Presidente tuvo que recluirse cada vez más. Sus propios miembros del espacio lo rechazaban. Este ejemplo tuvo lugar cuando el Gobierno nacional consiguió la reestructuración de la deuda con el Fondo Monetario Internacional y desde el Congreso, parte del kirchnerismo, no lo apoyó. Uno de ellos Máximo Kirchner, quien renunció a la presidencia del bloque.
Luego llegó la guerra en el Este de Europa y una sequía nunca antes vista en la historia contemporánea argentina. Los contextos no fueron para nada colaborativos, su núcleo político trató de marcarle los límites en todo momento, su ejemplo ciudadano se vio machucado por la «Fiesta de Olivos». Lo único que resta saber es cómo lo recordará la historia a un Presidente que termina sus días presidenciales recluido, alejado de cualquier campaña de su candidato y sin actividades.
