La vicepresidenta Cristina Kirchner se encuentra en el centro de una polémica por su próximo viaje a Italia, y que, según trascendidos, no lo haría en vuelo comercial. Está planificado para inmediatamente después del balotaje en el país. El viaje incluirá una disertación sobre “La insatisfacción democrática” en la Universidad de Nápoles Federico II, conmemorando los 40 años de la restauración del voto en Argentina.
Acorde precisó NA, lo que abrió grieta es el medio de transporte elegido. Se trata el avión presidencial ARG-01, una reciente adquisición que costó más de 20 millones de dólares. Aunque aún no hay una orden confirmada, existe un preaviso para el uso de este avión. Cristina Kirchner realizará una actividad que no es oficial ni vinculada a su rol de vicepresidenta.
En Secretaría General de la Presidencia adujeron que «no fue pedida» la aeronave insignia por los asesores de la expresidenta, tal como suele ocurrir con otras unidades para sus recurrentes viajes a la provincia de Santa Cruz. Incluso una fuente consultada sostuvo que el sucesor del Tango 01 tiene pendiente una «inspección de los tanques de combustible».
Sin embargo, este hecho genera críticas. El viaje no se considera una misión oficial, lo que plantea interrogantes sobre la adecuación del uso de recursos estatales en este contexto. La travesía podría incluir una audiencia con el Papa Francisco durante su estancia en Roma, agregando otra dimensión a la significancia de la visita. No obstante, esa opción es poco probable.
Cristina Kirchner haría uso de recursos públicos para fines personales
El foco principal de la discusión pública permanece en el uso del ARG-01. Así, se evidencia, una vez más, la utilización de los recursos públicos en favor de Cristina Kirchner. Este episodio subraya la importancia de la transparencia y la responsabilidad en el uso de los bienes del Estado, especialmente en un clima político tan cargado como el actual en Argentina.
La decisión de utilizar el avión presidencial ARG-01 para un evento no oficial podría tener implicancias más amplias. No sólo afecta la imagen de la vicepresidenta, sino también es un golpe a la percepción pública con respecto a la gestión de recursos por parte del gobierno. A todo esto, Cristina Kirchner terminará su mandato el 10 de diciembre de 2023 y no tendrá ningún cargo público.
