Siempre tajante y sin pelos en la lengua. Así es como se muestra en cada oportunidad Cristina Pérez, la periodista que se desempeña tanto en el noticiero de Telefe junto a Rodolfo Barili, como así también también en Radio Rivadavia, donde conduce Cristina Sin Vueltas.
Fue justamente allí donde esta vez se encargó de analizar lo que se viene en torno a la presidencia de Javier Milei. «Hay que interpretar la nueva escena del poder emergente. Distinguir confirmaciones de simulaciones. Entre la copiosa lista de medidas tajantes como privatizaciones, ajuste fiscal de shock y nombres para el gabinete, también aparecen mensajes estratégicos que tienen destinatarios específicos», apuntó la figura de Telefe.
«Y a eso hay que sumarle el posicionamiento de jugadores de la nueva oposición en la era de los tercios: en rigor hay dos oposiciones. Vamos por parte. La gobernabilidad de un gobierno fuerte en los votos populares pero débil en el congreso requiere alianzas transversales que no hagan al presidente dependiente de un solo espacio sin que sus aliados más cercanos se ofendan. Esto es: Javier Milei no quiere cortar los puentes con sectores del peronismo, aunque su principal aliado parlamentario sea el PRO. Eso requiere un delicado armado que permita acercar a unos sin perder a los otros», aseveró.
«No sólo Javier Milei es consciente de su debilidad de origen en materia parlamentaria. También son conscientes sus opositores. En la era de los tres tercios, hay dos oposiciones, no una. Por un lado, el peronismo que a su vez se subdivide entre el kirchnerismo y cierto peronismo racional que es el que Milei quiere atraer a su radio de poder. En cuanto al peronismo kirchnerista, que incluye gremios combativos y movimientos sociales, sabe que ahí puede esperar lo peor. El mensaje del sindicalista aeronáutico Pablo Biró escaló las palabras a un escenario de represión sangrienta, aunque luego dio marcha atrás. Y la reunión de la CGT empezó con un cartel de fondo donde se leía: Ni un paso atrás. Durante el gobierno de Alberto Fernandez no hicieron ni una medida de fuerza a pesar de la super inflación», comentó Cristina Pérez.
Delante de sus oyentes, decidió ir por más. «La principal dificultad que tendrá Milei es que se le complicará tener una alianza permanente en el congreso y terminará negociando tema por tema. Será un congreso de apoyos líquidos. Eso le demandará un esfuerzo inicial para reducir la cantidad de nueva legislación a proyectos abarcadores. Economizar la cantidad de votaciones y tejer una alianza inesperada que pocos parecen estar advirtiendo», explicó.
«Pero más allá de los aprestos de la gobernabilidad líquida, el mayor contrincante de Javier Milei es la catastrófica situación económica que deja como herencia Sergio Massa. El presidente electo no pierde oportunidad en decir que hay riesgo de hiperinflación. Y que es el primer presidente que dijo lo que iba a hacer: pasar la motosierra, y por lo tanto, eso es lo que hará. A diferencia de otros presidentes que fueron sus propios ministros de economía sin ser economistas, Milei es el primer presidente economista que será su propio ministro de economía, aunque designe alguien que siga sus lineamientos. Por eso no hay que buscar un perfil estridente en ese ministerio», aseveró la comunicadora.
«Milei, que se declara bilardista, depende de sí mismo cuando el barco acelera su marcha hacia el iceberg. Serán clave varias cosas: el arte de generar expectativas que son el insumo principal de los mercados luego de la confianza, la capacidad de explicar el rumbo a seguir a la gente para que el sacrificio tenga sentido, y el timing. Necesita actuar con velocidad para que las medidas más duras se tomen en un contexto de popularidad y con la responsabilidad del gobierno saliente muy presente. Ahí, el aprendizaje de los errores de Macri al comienzo de su gestión por no decir claramente el estado en que había encontrado el estado y por hacer kirchnerismo de buenos modales, resulta crucial», apuntó.
«Milei debe apegarse al mandato de sus votantes: motosierra, el que las hace las paga, y libertad. Los límites vendrán solos. Si se los pone él mismo, lo verán balbuceante. Y no puede darse ese lujo. Los leones o son reyes de la selva, o son presa de cazador. Y cazadores, es lo que sobra en ese colectivo que él llama “casta” y donde muchos no perdonan que un outsider los haya desbancado», finalizó Cristina Pérez.