Los detectives de la Superintendencia de Investigaciones Federales, a través de la División Delitos Constitucionales, detuvieron, en el marco de numerosos allanamientos realizados, a un grupo de jóvenes sospechados de encontrarse detrás de la serie de amenazas de bomba registradas en las estaciones de trenes de las líneas Roca y Sarmiento y del subte de la Ciudad de Buenos Aires.
Según una fuente del caso, explicó a NA que las amenazas no terminaron allí, sino que también alcanzaron a la Casa Rosada, el Congreso de la Nación, la Cámara Electoral, Instituciones educativas, y a funcionarios de primera línea del Gobierno Nacional.
En tanto, indicaron que, incluso, los llamados intimidatorios afectaron al bunker de Sergio Massa durante las últimas elecciones presidenciales, y al juez federal que se encontraba en esos momentos en turno. De acuerdo a la investigación llevada a cabo por los funcionarios policiales, se pudo establecer que las amenazas eran ejecutadas a través de varias líneas telefónicas de la empresa Telecentro, las cuales utilizan una nueva tecnología que canaliza las llamadas a través de una conexión a internet.
Según indicaron los voceros, parte de los detenidos se dedicaban a hackear las cuentas de los clientes de la empresa, gestionándoles —sin su consentimiento— nuevas líneas telefónicas a su nombre, las que luego eran vendidas al mejor postor en el mercado negro de la Deep Web. En ese ámbito, el sospechoso, luego de adquirir líneas fraudulentas a nombre de terceros, utilizaba redes wifi públicas para realizar los llamados intimidatorios, evitando de este modo ser rastreado.
Sin embargo, los detectives lograron establecer la existencia de algunos patrones comunes de conexión que resultaron ser la punta del ovillo que derivó en múltiples intervenciones telefónicas realizadas en tiempo real, la identificación de los autores y su detención.
Allegados a la investigación, señalaron que —hasta el momento— se identificaron al menos unos 30 hechos de amenazas relacionados con los detenidos y se estiman pérdidas millonarias por la suspensión de los servicios de trenes afectados, ya que, por día, más de 2 millones y medio de pasajeros utilizan los servicios de tren y subte en el AMBA.