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DEPORTES

El testimonio de uno de los hinchas argentinos agredidos por la policía de Brasil en el Maracaná

Al fanático lo retiraron en camilla con toda la cabeza ensangrentada.

Argentina (1)

Cuando sonaba el himno nacional en el Estadio Maracaná, a minutos del comienzo del partido entre la Selección Argentina y Brasil por la sexta fecha de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial 2026, los hinchas argentinos fueron reprimidos brutalmente por la policía local. Ante esta situación, uno de los fanáticos agredidos participó de una entrevista en la que reveló su testimonio.

«No había barras bravas argentinos, sí de Brasil y al lado nuestro. Estábamos tranquilos hasta que comenzó un tumulto donde, de un momento para el otro, entró un cordón policial que, en vez de separar para los dos lados, empezó a reventarnos a palazos», comenzó a relatar Eugenio en diálogo con TyC Sports. Él vive en Río de Janeiro y fue el hincha que retiraron en camilla con toda la cabeza ensangrentada producto de los palazos que la policía brasileña.

Luego, contó: «Yo no peleé, no pegué ni nada. Yo me caí y me di la cabeza contra uno de los parantes que hay para dividir las escaleras del Maracaná. De ahí no me acuerdo más nada». Y sumó: «Llegó un momento que, como nos llevaban tanto para atrás, ya no había lugar. Empezamos a quedar aplastados y en uno de esos empujones me caigo y me pego la cabeza contra uno de esos parantes. Perdí el conocimiento».

Su mala experiencia en el hospital del Maracaná

«Me acuerdo que después estoy en la camilla y, cuando me levanto en el hospital del estadio, estaba con las manos esposadas, llenas de sangre como la cabeza y los ojos», continuó con su relato. Eugenio y otros siete hombres fueron los demorados que se retiraron a las cuatro de la mañana del Maracaná.

«Uno de Atlanta tenía dos huesos del brazo quebrados y el dedo chico también. Los mismos policías que aparecen en los videos se sacaban fotos con las radiografías de él, se sacaban selfies con nosotros como trofeos de guerra. Estaban contentos y sentían que eran héroes. Si no hubiesen habido personas del consulado, yo creo que hubiésemos cobrado ahí adentro también», confesó.

Por último, reveló que los obligaron a pagar una fianza para ser liberados: «A los ocho que estábamos ahí nos juzgaron juntos, como que fuimos parte de una muchedumbre que armó el quilombo y todos fuimos responsables de lo mismo, que enfrentamos a la policía, que armamos una guerra. Tuvimos que pagar 200 reales de fianza, no teníamos otra opción».