Las elecciones presidenciales entre Sergio Massa y Javier Milei que se llevarán a cabo el próximo domingo generaron especulaciones sobre diversos resultados. Una pregunta que surge es qué sucedería si, en la noche del 19 de noviembre, los resultados del escrutinio provisorio no revelaran una diferencia clara a favor de un candidato.
Es fundamental comprender la diferencia entre el escrutinio provisorio y el definitivo: mientras que el primero es organizado por el Poder Ejecutivo, encabezado por el gobierno de Alberto Fernández, el segundo está a cargo de la Justicia Electoral. De acuerdo a la Comisión Nacional Electoral (CNE), si los resultados del domingo por la noche no son suficientes para determinar una ventaja definitiva, se debería esperar una o dos semanas más para conocer al próximo presidente.
La Justicia Electoral se encarga de resolver los votos no cargados en el escrutinio provisorio, como votos recurridos, votos de argentinos en el exterior y votos en cárceles. Esto explica por qué al final del escrutinio provisorio siempre queda un porcentaje sin cargar. Además, la Justicia verifica telegramas ilegibles y resuelve dudas sobre los resultados.
A pesar de las diferencias, la Justicia Electoral asegura que el resultado final generalmente no difiere sustancialmente del provisorio, aunque hay excepciones. El hecho de tener solo dos candidatos, Massa y Milei, facilita el conteo y agiliza el proceso, permitiendo que los primeros números del escrutinio provisorio se conozcan entre las 21.00 y las 22.00 del día de las elecciones.
El rol de los fiscales y las autoridades de mesa es crucial en los escrutinios. A las 18 horas, al cerrar los comicios, las autoridades convocan a los fiscales, quienes observan el proceso de apertura de urnas y cuentan los votos. Los fiscales intervienen en votos recurridos y reclamaciones sobre boletas rotas. Este proceso se registra en un acta y un telegrama, con la firma de los fiscales.
La carga de telegramas, a cargo del Ejecutivo, se realiza por duplicado para evitar errores. Los telegramas «0» se deben a votos no entendidos y se resuelven en el escrutinio definitivo. Además, el tratamiento de boletas rotas y no oficiales prioriza la voluntad del votante.
La clave de las elecciones presidenciales
Para que no haya un ganador definido el domingo, la diferencia entre los candidatos debe ser menor a la cantidad de sufragios restantes o problemas a resolver en el escrutinio provisorio. Casos anteriores, como el balotaje entre Scioli y Macri en 2015, muestran que el resultado final suele confirmar la tendencia provisoria. En el escenario de una contienda reñida, la Justicia Electoral tiene la responsabilidad de garantizar la transparencia y la legitimidad del proceso, asegurando que la voluntad de los votantes se refleje correctamente en los resultados finales.