En el resplandor de la sorprendente victoria de Javier Milei en las elecciones presidenciales argentinas, el estratega político Jaime Durán Barba ofreció su análisis sobre los factores que llevaron al candidato liberal al poder y afirmó: «Milei ganó porque es el cambio y en el mundo alguien es el cambio por ser disruptivo en su forma de hablar».
En una entrevista para La Nación+, el asesor político también señaló la transformación de Juntos por el Cambio como un movimiento antikirchnerista, lo que influyó en la elección de los votantes que esperaban expresar su rechazo al peronismo. «El triunfo tan alto de Milei no era esperable, aunque también se sabía que el 70% de los argentinos observaba al Gobierno de Alberto Fernández como algo malo», agregó Durán Barba.
Si bien el economista liberal llegó en 2 años de política a la presidencia de la Nación, el especialista en comunicación política dijo que eso no le sorprende y afirmó que es un fenómeno frecuente en América y puso ejemplos similares como Boric en Chile, Castillo en Perú y Donald Trump en Estados Unidos. Estos personajes llegaron al máximo cargo político sin ser un político nato.
Durán Barba analizó la derrota del oficialismo
Al abordar la situación del oficialismo, Durán Barba apuntó a la falta de credibilidad de Sergio Massa y destacó que la campaña exitosa del ministro de Economía se vio ensombrecida por la realidad económica del país. Por lo tanto, el dirigente de 75 años dijo que el discurso político debe estar acompañado por una figura política que la gente vea como creíble.
«Massa tiene un problema de credibilidad, no es una persona creíble, por lo tanto, lo que dijo en la campaña no importó; sin embargo, un ministro de Economía que llega con altos niveles de inflación y llega con esta cantidad de votos quiere decir que hizo una buena campaña. El problema es que la gente se da cuenta que hay inflación cuando va al supermercado», subrayó Durán Barba.
Con respecto al futuro político de Cristina Kirchner, Durán Barba fue categórico: «Creo que es el fin de Cristina Kirchner, porque perder en Santa Cruz fue simbólico. El socialismo del siglo XXI ya fue, no hay revoluciones ni guerrillas». Este análisis apunta a un cambio de paradigma en el escenario político argentino, con un claro rechazo a las figuras y corrientes del pasado reciente.