Se trata, sin lugar a dudas, de uno de los programas que más da que hablar en la televisión argentina. Y es que Podemos Hablar, el programa que lleva adelante Andy Kusnetzoff a través de la pantalla de Telefe, siempre es noticia debido a lo que sucede con los invitada que deciden abrir sus corazones y contar cosas desconocidas hasta el momento.
Este último sábado, el protagonista de un momento realmente fuerte, fue nada más y nada menos que Donato de Santis, el reconocido chef italiano que compartió programa con Romina Uhrig, Laurita Fernández, Raúl Lavié y G Sony, y que se ha lucido en diferentes programas de nuestro país, como ha sido el caso de MasterChef.
«El agua tiene dos visiones para nosotros. Uno puede elegir qué te gustaría que se lleve el agua, algo malo que te haya ocurrido, un recuerdo, algo que querés soltar. O la otra opción es, en vez de arrojar una moneda, agarrar una moneda y decir qué te gustaría recuperar, que el agua te traiga de vuelta», dijo el conductor en medio de un segmento que se encargó de presentar.
La primera en pasar fue Laurita Fernández. «Algo que vuelva, que tiene que ver con algo que me apasiona, un proyecto donde tenga que bailar», sostuvo la artista. Luego, llegó el turno de Romina Uhrig. «Que se lleve por todas las cosas que pasé de chica me doy cuenta que soy una persona insegura, que vive con muchos miedos», comentó la ex Gran Hermano.
También el músico G Sony pasó y participó de este segmento. «Que se lleve tantos pensamientos intrusivos con respecto a creer que no voy a poder, inseguridades, temores», lanzó. Raúl Lavie hizo lo propio y se refirió a su hijo fallecido. «Me gustaría recuperar algo, a mi hijo Leo que se fue antes de lo previsto», comentó.
Fue allí cuando llegó el turno de Donato de Santis. «Como budista, a nosotros nos enseñan que para conocer el presente, hay que mirar al pasado. Y para conocer el futuro, también hay que mirar el pasado porque el presente es el fruto de todo eso. No quiero recuperar nada, pero sí…», lanzó. «Hay una cosa que me hizo mierd*», afirmó el cocinero realmente muy angustiado, sin poder contener las lágrimas. «Y quiero que se vaya», apuntó. Cuando Andy Kusnetzoff le preguntó si quería contar de qué se trataba, su respuesta fue tajante. «Mejor no», sentenció.
