Alberto Fernández está aprovechando sus últimas dos semanas como Presidente de la Nación para volver del ostracismo al que lo forzaron durante la campaña electoral de Sergio Massa. En medio de la frustración por la derrota del actual ministro de Economía en el balotaje presidencial contra Javier Milei, mandatario electo, Fernández manifestó que le “faltó un poco más de suerte” en sus cuatro años al frente de la Casa Rosada.
“La verdad me faltó un poco más de suerte. El mundo se complotó en mi tiempo”, transmitió Alberto Fernández en una entrevista a Oscar González Oro para El Observador. “Evidentemente, no hemos podido resolver el problema de la inflación y no hemos podido resolver el problema de los ingresos de la gente. No hemos podido resolverlo”, reconoció el mandatario a punto de concluir su administración.
Si bien esa declaración forma parte de un intento de desligarse de la total responsabilidad, la realidad es que durante su estadía en la Casa Rosada estuvo marcada por la pandemia de coronavirus, la guerra Rusia-Ucrania y una sequía que afectó a los cultivos y la exportación. A ello se sumó que los indicadores económicos empeoraron respecto de la gestión que recibió de Mauricio Macri, principalmente la inflación.
No obstante, no todo es “Ah, pero la pandemia”, “Ah, pero la guerra”, “Ah, pero la sequía”, ni “Ah, pero Macri”. Es que durante la irrupción del coronavirus, Fernández fue protagonista de uno de los mayores escándalos de la gestión. El primero: el festejo de cumpleaños de su pareja, Fabiola Yáñez, en la residencia de Olivos, mientras regía el aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) en todo el país, por la pandemia.
Eso no fue todo. También en el marco de la pandemia, Fernández quedó pegado en el escándalo por la administración de vacunas contra el virus. O como él mismo lo consideró: “Adelantarse en la fila”. El polémico episodio, vislumbrado por el periodista y su amigo personal Horacio Verbitsky derivó en la renuncia del entonces ministro de Salud Ginés González García. Si bien su reacción ante ello fue rápida, no fue suficiente. En Argentina fueron más de 130.000 los muertos por la enfermedad.
En la misma entrevista con González Oro, Fernández manifestó: “Nunca pensé en renunciar. Dejo una Argentina de pie, andando. Las primeras dos deudas que hay que pagar es solucionar el problema de los ingresos de la gente y parar la inflación. Es una tarea en la que tenemos que comprometernos. Dejo un país en el que en los primeros ocho meses de este año tenemos récord de producción industrial de los últimos ocho años”, se escudó.