Boca perdió la final de la Copa Libertadores 2023 y la ilusión de la séptima estrella en el máximo trofeo continental se esfumó este sábado en el Maracaná. El equipo dirigido por Jorge Almirón cayó ante un Fluminense superior, que impuso su jerarquía con dos golazos en momentos determinantes y logró quedarse con su primera Copa Libertadores. ¿En qué falló Boca para perder la final? En tres momentos clave que le costaron la derrota.
Un arranque lento
Los primeros 20 minutos de la final fueron de dominio absoluto de Fluminense. Cierto, sin profundizar y asustar a Boca, pero el Xeneize no salió a jugar la final como pedía el partido, entre nervios, tensión y también algo de respeto excesivo por el rival. «El equipo cedió un poco la iniciativa y en el primer tiempo casi no nos llegaron salvo el gol», justificó Almirón tras la derrota. Pero ante un equipo como el brasileño, ceder la iniciativa fue un pecado mortal.
No aprovechar el momento anímico
«En el segundo tiempo mostramos la identidad con la que llegamos a la final», dijo Almirón. Ciertamente, con el repliegue de Fluminense y la necesidad del empate, Boca dominó la segunda mitad, aunque le costó generar situaciones. Pero encontró el empate. Y ahí se quedó. Salvo un remate de Merentiel, no hubo más llegadas de Boca, que debería haber aprovechado el momento anímico del empate para apretar a un Fluminense que había dejado de acelerar.
Un mal planteo en el suplementario
Con las piernas y la cabeza cansadas, Boca debía afrontar el tiempo extra con inteligencia. O bien teniendo la pelota y dejar correr los minutos. O bien replegarse y evitar los ataques del rival. Arrancó haciendo lo primero, pero pronto abandonó la idea y cedió la pelota, pero sin cubrir bien los espacios. Así encontró Fluminense el segundo gol, ante un Boca abierto en defensa, que no entendió el momento del partido pudiendo llegar a los penales.
«Con el hombre de más podría haber sido otra cosa. Estamos muy tristes por el resultado”, dijo Almirón en conferencia de prensa. Es cierto que Boca no llegó a aprovechar la expulsión de Kennedy por el error de Fabra, pero en los escasos minutos que jugó 11 contra 10 no hubo diferencias a los que se vio en todo el segundo tiempo del alargue: Boca dominó la pelota igual, pero ya no tenía ideas para empatar. Los pecados, los cometió antes. Y por eso perdió la final.
