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ESPECTÁCULO

«Ay, callate, Chiquita»: Soledad Silveyra paralizada con la pregunta que le hizo Mirtha Legrand

La rubia no podía creer lo que le estaba diciendo la conductora.

Solita Silveyra

Se quedaron todos con la boca abierta en pleno programa. Y es que Mirtha Legrand volvió a hacer de las suyas en Canal Trece, más precisamente en «La Noche de Mirtha», el programa que conduce todos los sábados. Allí, una de las invitadas fue la reconocida actriz Soledad Silveyra, a quien le hizo una pregunta sin filtro.

«¿Vos no fuiste candidata a diputada, Solita?», indagó la presentadora. La reacción de la artista fue tajante. «Ay, callate, Chiquita», dijo sin poder creer lo que le estaban consultando. Fue allí cuando dio detalles de esta historia. «Sí, fui, número séptima, sabía que no iba a salir. Fue todo una equivocación, pero aprendí mucho. Yo en ese momento estaba haciendo Gran Hermano», aseveró.

«Venía en el auto con una de las personas que más amo, una amiga con la que habíamos todo juntas. Me llamaron por teléfono y atendí. Era el profesor Bravo, el socialista. Me dijeron que les había caído alguien, que me necesitaban, que les diera los nombres de madre, padre, abuelos. Era socialista. Entonces le pasé todo», comentó.

Inmediatamente, Soledad Silveyra decidió ir por más. «Fui, hice el programa, y veo que en el corte mi jefa de prensa hablaba con mi amiga. Veía esa escena y me dijo ‘mañana salís en Clarín con todos los televisores de Gran Hermano como candidata a diputada como el ARI’ ‘¡¿Qué?!’, le dije. Llegué a mi casa y llamé a Bravo desesperada, me atendió su señora, le dije que yo no podía ser diputada, que no sabía nada, que no estaba capacitada», comentó.

«Desesperada, no me podía dormir. Mi hijo mayor me llamó diciéndome que era una locura, yo le dije que no lo iba a hacer. Lilita Carrió me esperaba en su casa, me preguntaba cómo salía de eso, iban a llegar los medios… Yo decía ‘cómo salgo de esta’, se me iban a venir los medios y no estaba para nada preparada», lanzó ante la mirada atenta de Mirtha Legrand.

«Entró Lilita, me miró y me dijo ‘Y bueno, será cosa de Dios’. Me tuvo media hora hablando y no sé cómo me convenció. Yo salí, le agarré el crucifico que tenía, yo soy agnóstica, y dije ‘bueno’. Hice 6000 kilómetros de campaña, aprendí muchísimo, nos recorrimos todas las villas de la provincia de Buenos Aires. Fue una experiencia muy rica», sentenció.