En un movimiento que contradice las expectativas y genera un golpe político para el entrante gobierno de Javier Milei, Argentina ha optado por abstenerse de firmar el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) en la cumbre programada en Río de Janeiro. Esta decisión marca el último acto oficial del presidente Alberto Fernández antes de dejar el cargo presidencial.
La futura ministra de Relaciones Exteriores, Diana Mondino, había expresado su respaldo al acuerdo con la UE, destacando las oportunidades económicas que representaba para la Argentina. Sin embargo, el canciller saliente, Santiago Cafiero, argumentó que el pacto tendría consecuencias negativas para la industria del Mercosur sin proporcionar beneficios significativos a las exportaciones agropecuarias.
A pesar de los intentos de líderes como Pedro Sánchez de España y Lula da Silva de Brasil para impulsar el acuerdo en la Conferencia de las Partes (COP28) en Dubai, el presidente francés Emmanuel Macron expresó su oposición, considerándolo perjudicial para ambas partes. Desde el Gobierno argentino, se subrayó que las negociaciones continuarán, pero las condiciones actuales no permiten la firma del acuerdo.
Esta decisión agrega incertidumbre al futuro del pacto, generando interrogantes sobre la dirección de las relaciones comerciales entre el Mercosur y la Unión Europea. Este revés, dado a conocer en la cumbre del Brasil, deja en suspenso las expectativas de un fortalecimiento de los lazos comerciales y abre la puerta a posibles revaluaciones estratégicas por parte de los países involucrados.
La venganza de Alberto Fernández: ¿qué hará Javier Milei?
El giro en la posición argentina representa un desafío para Milei, quien asumirá el cargo en un contexto de incertidumbre sobre la política exterior y comercial del país. La falta de consenso en torno al acuerdo Mercosur-UE plantea interrogantes sobre el rumbo de la relación entre ambos bloques económicos, dejando en suspenso una pieza clave en la agenda internacional de la Argentina.
El desafío para el próximo gobierno de Milei será gestionar este escenario de incertidumbre y definir una estrategia clara que alinee los objetivos económicos con las decisiones políticas en el ámbito internacional. El próximo gobierno deberá demostrar agilidad y capacidad de adaptación para avanzar hacia soluciones más concretas.
