La Unión Cívica Radical (UCR) enfrenta una división persistente, y Gerardo Morales emerge como un actor central en esta compleja situación. Tras la conclusión del mandato de Mario Negri, el radicalismo no logró consensuar un acuerdo entre sus diputados, lo que resulta en dos bloques separados. Facundo Manes asume el liderazgo en la UCR, mientras que Rodrigo de Loredo encabeza el bloque de Evolución Radical.
La reorganización interna, lejos de lograr una unificación, expone la brecha entre el radicalismo tradicional y la facción de Evolución. Sin embargo, el gran obstáculo para la cohesión del partido radica en la figura de Morales, aliado estratégico de Massa y los gobernadores del norte. Esta alianza, que se distancia de cualquier acercamiento con PRO, agrega una capa adicional de complejidad a la ya desafiante tarea de reunificar al partido.
A pesar de las expectativas de una unificación durante la campaña electoral, la falta de acuerdo se hizo evidente, ya que Morales no cedió en su deseo de que Manes asumiera la presidencia del bloque. La nueva alianza liderada por De Loredo pactó con gobernadores, asegurando 23 votos para su elección frente a los 12 votos del moralismo.
El sello de la UCR sigue vacante
El neurólogo quedó en una posición de minoría después de que De Loredo llegara a un acuerdo con los gobernadores del partido: Alfredo Cornejo (Mendoza), Gustavo Valdés (Corrientes) y Leandro Zdero (Chaco). Estos gobernadores le aseguraron a De Loredo 14 votos para su elección y sumados a los nueve votos de Evolución, totalizaron 23 votos. Este martes emitieron un comunicado solicitando el control del bloque unificado.
Morales rechazó la presidencia de De Loredo, argumentando que este tiene un diálogo con Mauricio Macri, a quien prefiere mantener a distancia. Las posiciones se volvieron irreconciliables. La preferencia de Morales por mantener distancia con Macri sugiere posibles divergencias estratégicas dentro del partido, lo cual podría tener implicaciones significativas en la orientación futura de la UCR y su papel en el escenario político argentino.
El grupo de De Loredo cerró su comunicado con un llamado al diálogo, subrayando la necesidad de unidad para enfrentar la crisis económica y social de la Argentina. La posibilidad de evitar la ruptura se centra en la creación de un interbloque radical con los dos grupos definidos, marcando el inicio de las negociaciones futuras.