El presidente Javier Milei anunciaría en los próximos días la eliminación de la figura de “Primera Dama”, por considerarla una figura “vetusta” y “denigrante para las mujeres”. Cabe recordar que en Argentina no hay legislación al respecto, sino que es más bien una tradición. La última primera dama fue Fabiola Yáñez, pareja de Alberto Fernández, mientras que Néstor Kirchner, exesposo de Cristina Kirchner, irrumpió como primer caballero.
Si bien Milei mantiene una relación cercana con la humorista Fátima Florez, de hecho el último viernes realizó un viaje exprés a Mar del Plata para presenciar su show, se espera que cada uno conserve su propio espacio. No obstante, esto podría cambiar en el futuro. El romance entre Milei y Florez se confirmó a fines de agosto último, tras el escandaloso divorcio de la humorista con Norberto Marcos tras más de dos décadas de relación.
Por otra parte, el mandatario tiene previsto mudarse la semana entrante a la Quinta de Olivos, donde trabajará y vivirá. Aún no se confirmó si las reuniones de Gabinete también se trasladarán allí. No obstante, en principio, el jefe de estado no convivirá con Florez. Desde antes de convertirse en el jefe de Estado y hasta la actualidad, la residencia y base del líder de La Libertad Avanza es el hotel Libertador de la ciudad de Buenos Aires.
¿Hay legislación para el rol de la Primera Dama o Primer Caballero?
En Argentina, la posición de la Primera Dama no está definida ni regulada por un marco legal específico. No existe en la legislación argentina una normativa que delimite sus roles o funciones. A diferencia de un funcionario público, la Primera Dama no tiene responsabilidades formales asignadas, aunque frecuentemente asume tareas de carácter público.
Este rol no está contemplado en la Constitución Nacional ni en los Tratados de Derechos Humanos, siendo más bien una figura surgida de la tradición. En este contexto, se identifica una ausencia de regulación específica en el derecho positivo argentino, una laguna normativa que algunos proyectos legislativos han intentado abordar sin éxito hasta la fecha.
Bernardino Rivadavia
A lo largo de la historia argentina, desde la época de Juana del Pino, esposa de Bernardino Rivadavia, hasta hoy, las esposas de los presidentes desempeñaron varios papeles y se involucraron en diferentes niveles en la esfera pública e institucional del país. Algunas, en cambio, mantuvieron un perfil bajo, permaneciendo casi en la sombra durante su período como Primera Dama. Otras optaron por un rol más activo, colaborando estrechamente con sus esposos en diversas áreas, especialmente en aspectos sociales.
La última “Primera Dama”
Fabiola Yáñez, pareja del expresidente Alberto Fernández, buscó mantener un perfil discreto en el rol de Primera Dama de Argentina, pero no ocurrió durante la pandemia y su fiesta de cumpleaños. Licenciada en periodismo y actriz, Yáñez participó en iniciativas de carácter social y roles institucionales, como la presidencia honoraria de la Fundación Banco Nación y la coordinación de la Alianza de Primeras Damas.
A pesar de no tener un presupuesto estatal asignado para sus actividades, Yáñez fue objeto de atención mediática e investigación por el uso de recursos del Estado en algunas ocasiones. Asimismo, quedó pegada en el “Olivos gate”, el escándalo desatado a raíz de la celebración de su cumpleaños en julio de 2020 en la Residencia de Olivos, en medio del aislamiento obligatorio por la pandemia por Covid-19 decretado por el propio Fernández.
