Este fin de semana Mariana Brey se presentó en Entre nos, el ciclo que Tomás Dente presenta en Net TV, y no pudo contener la emoción. El conductor repasó la vida de la panelista de Socios del Espectáculo (El Trece), y esta no tardó en soltar sus lágrimas. Fueron las escenas de su infancia y los recuerdos con su abuelo los que la hicieron romper en llanto.
Tras ver una tierna imagen de su infancia, Mariana Brey recordó: “Tenía, calculo, dos añitos, no llegaba a los 3. Esa foto la tenemos todos porque mi mamá había hecho un retrato que todos teníamos arriba de nuestra cama. La de mis hermanos era en blanco y negro, y la mía salió en color. Y hasta los 23 o 24 años, que me independicé, vi esa foto arriba de mi cama”.
Luego de que Tomás Dente le preguntara si logra conectar con su infancia en algún momento, Mariana Brey reveló: “Más que nada cuando conecto con mis hijos, que conecto con mi niña. Tuve una infancia absolutamente feliz, y tengo presentes muchos momentos de mi vida”. La periodista había logrado contener las lágrimas, hasta que se cruzó con la muñeca de su infancia.
“Esa muñeca todavía está y le puse Ricitos de oro”, exclamó Mariana Brey antes de quebrar en llanto. “¡Es muy fuerte esto! Me la regaló mi abuelo Marcelino, que ya no está porque falleció muy joven. Era el papá de mi mamá y padecía diabetes crónica, y esa enfermedad se lo terminó llevando muy joven, a los 65 años”, agregó la periodista totalmente desconsolada.
“Era el que me hacía los mejores regalos. Él era chofer que trasladaba a la gente importante, de la política. Era un busca y un artista. A él le gustaba hacer programas de radio, le gustaba cantar. Le gustaba grabar cassettes y venderlos por el barrio”, contó Mariana Brey, que aseguró haber heredado de su abuelo los dotes artísticos.
Mariana Brey se emocionó al hablar de sus hijos
Como si no hubiera sido suficiente, Tomás Dente sorprendió a Mariana Brey con un saludo de sus hijos. Sobre su hija Juana, la periodista expresó: “Todos los días me enseña algo. Al tiempo de que nació, encontré en su mirada, la mirada de mi papá. Había algo en ella en su mirar que es el mirar de mi papá. Ahí entendí por qué había llegado a mi vida”. En tanto, sobre su hijo Luca dijo: «Lo amo, ¡no sabes lo que le cuesta hablar! Es muy tímido, muy reservado. Admiro profundamente su personalidad. Es parte del aprendizaje entender que el otro es otro”.