Deportivo Riestra es el nuevo club ascendido a la Liga Profesional del Fútbol Argentino y hará su debut absoluto en la primera división en 2024. El equipo de Bajo Flores le ganó a Deportivo Maipú de Mendoza la final por el segundo ascenso jugada en Córdoba el sábado y se suma así a Independiente Rivadavia, que ya había conseguido subir como campeón de la categoría. El ascenso de Riestra tiene mucho de historia, de voluntad, de garra. Y también de polémica.
“Todo el año nos cayeron; ¡todo el año!”, dijo exultante Milton Céliz, capitán de Riestra, a TyC Sports, luego del ascenso. El equipo es uno de los principales apuntados por su estilo de juego y por los fallos arbitrales que para muchos seguidores del ascenso fueron a su favor de forma ostensible. Como en la misma final por el ascenso, donde se reclamaron un penal y expulsiones obviadas por el juez Darío Herrera. Pero sobre todo a lo largo del campeonato de Primera Nacional.
Deportivo Riestra, ascenso y dedicatoria
“Le duela a quien le duela, estaban todos contra nosotros. Nos menospreciaron. ¿Por qué no nos ganaron? Tenemos unos huevos tremendos”, insistió Céliz, resumiendo la sensación de Riestra, un club que sintió siempre ser un «nosotros contra todos» en medio de la polémica. “Se lo dedico a todos esos boludos, porque nos golpearon. En cinco años ascendí tres veces. All Boys, Tigre y Riestra. Este grupo es inmenso. Se entregó todo el año. Estoy orgulloso de ser el capitán de este equipo. Ahora vamos a jugar en primera. Que la cuenten como quieran”.
La polémica de Riestra nace por su vinculación con el abogado Víctor Stinfale, quien gerencia la parte deportiva de este pequeño club que fue desafiliado en 1990 y tiene un estadio para 3 mil espectadores con 1.200 socios en total. Stinfale, vinculado históricamente a Diego Maradona, quien estuvo en contacto con el plantel en algunas ocasiones, es además el dueño de la licencia de una de las bebidas energizantes más populares y tiene contactos fluidos con el poder político y judicial.
Más allá de las polémicas y cuestionamientos por los arbitrajes, Riestra ganó su ascenso a base de corazón y un fútbol rocoso y granítico. Sin grandes lujos, hizo de lo simple su éxito, apostando a la segunda pelota y el juego físico, muchas veces al límite del reglamento. Y también a la pelota parada, que fue la que le dio el ascenso con el gol de cabeza del «Tortuga» Gustavo Fernández, delantero surgido en las inferiores de River.
